“Un árbol con las bolas llenas”

Y bueno, llega otro 25 de diciembre y. como se corresponde con la fecha, me dispongo a escribir otra nota más sobre la Navidad. Uno podría suponer, con cierta razón, que es un tema nada original. Sin embargo, sí lo es. Porque refiere a nuestros orígenes, a lo primigenio, a eso que nos constituye, nuestra identidad. Y en eso, por estos días y para los que nos quieren, la novedad es que seguimos siendo los mismos.

Claro que, si de argentinos va la cosa, nuestra identidad se parece a esas actrices que no aceptan el paso del tiempo, o esas modelitos de cuarta que, no conformes con lo que son, se la pasan cambiándose la jeta con cuanta nueva cirugía aparece. ¿Resultado? No las reconoce ni la madre que las parió. Lo mismo ocurre con nosotros.

Somos tan propensos a adoptar lo foráneo, lo nuevo, que nuestras tradiciones terminan reducidas al mate y al churrasco. Aunque, pensándolo mejor, con las vacas para consumo interno alimentadas en firlot, la verdadera carne argentina se exporta y, la yerba, con los yuyos y demás porquerías que le agregan so pretexto de no sé qué miércoles, está a punto de convertir al mate, en un trago largo que se toma en los boliches.

Sin embargo, hay algo que va convirtiéndose en tradición: el curro. Pero, ojo, no hablo del ladrón común. De ese que aparece en los noticieros por chorear un depto. o a una vieja en la cola del banco. Me refiero a ese otro tipo de curro, al organizado legalmente. A ese que forman una gran cantidad de empresarios que, además de sobrecargar sus ganancias durante el año, las multiplican para las fiestas.

Luego, le siguen políticos y funcionarios, sindicalistas, y jueces, corruptos e ineptos. Esos que nos roban la esperanza, el deseo de seguir creyendo en un futuro, no sólo mejor, sino posible.

Hablo de toda esa manga de hijos de buena madre, que han hecho del cinismo y la hipocresía, una costumbre a seguir. Son todos esos, más la sarta de periodistas lame culos que los apañan en los grandes “medios”, los que han logrado que mi arbolito de Navidad, esté con las bolas llenas.

Por eso, mis deseos para esta Navidad, siguen siendo los de siempre: los de una Patria justa, libre y soberana. En la que nuestro pueblo viva feliz y a la que, los que están fuera, vuelvan-de paseo o para quedarse-, con la alegría de saber que en su tierra hay trabajo y justicia.

Para el resto, para los mercaderes del curro, el deseo de que el poder de Jesús, los expulse, a puro azote, de este templo llamado Argentina.

N/A: tra el cierre de esta nota, se conoció la noticia de que nuestro Presidente, debe ser intervenido quirúrgicamente de un pólipo en sus cuerdas vocales. Desde esta columna, le deseamos un pronto restablecimiento y que Dios ilumine a lo médicos que lo atienden. En tren de ser sincero, uno, como creyente, pide por todo ser humano. Mas, dado el caso, el deseo es un poco egoista: de él depende el futuro de la Patria. Dios lo bendiga.

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Acerca de Ricky Veiga 52 Articles
Escritor, guionista, productor de Radio y TV.

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