Ciccone: la defensa de Amado Boudou pidió la nulidad del juicio y pasó a cuarto intermedio

El ex vicepresidente estuvo en el banquillo de los acusados por coimas y negocios incompatibles con su función en la compra de la imprenta.

03_10_2017 CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA. El Tribunal Oral Federal 4 comienza el juicio oral y publico por la causa Ciccone, que involucra al ex vicepresidente Amado Boudou, a JosŽ Mar’a Nœ–ez Carmona, a Alejandro Paul Vandenbroele, a Nicol‡s Tadeo Ciccone, a Rafael Resnick Brenner y a CŽsar Guido Forcieri. FOTO PEDRO LAZARO FERNANDEZ

Todo duró poco más de una hora y media, hasta que Eduardo Durañona, abogado de Amado Boudou, pidió la nulidad del juicio oral y público por la compra de la imprenta Ciccone. El Tribunal Oral Federal 4 (TOF 4) integrado por los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y Gabriela Núñez Íñiguez hizo lugar a las cuestiones preliminares de los imputados, y el juicio más delicado para el ex vice de Cristina Kirchner, pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 9.30.

La audiencia había comenzado a las 9.29, cuando ingresaron los jueces del TOF 4 a la Sala AMIA, donde se desarrolló la primera audiencia por el juicio contra Boudou, quien está acusado por «abuso de autoridad, violación de los deberes del funcionario público, negociaciones incompatibles y malversación de caudales públicos”. La pena que enfrentaría el ex vice podría variar entre uno a doce años de prisión.

Frente al Tribunal, el ex vice se sentó junto a su abogado Eduardo Durañona. A su lado estaba, su amigo y socio José María Núñez Carmona, con su defensor Matías Molinero.

Minutos después de dar lugar a los fotógrafos para que tomaran imágenes, se dieron cuenta de que faltaba un imputado:Alejandro Vandenbroele, el supuesto testaferro de Boudou. El único que no se dio vuelta para mirar si había llegado fue el ex vice presidente.

Fue cerca de las 9.40 cuando comenzó formalmente el juicio contra el ex ministro de Economía, con la lectura del requerimiento del fiscal Jorge Di Lello cuando solicitó la elevación a juicio oral. En el mismo se planteó que la ex Ciccone, única empresa con capacidad para imprimir billetes, pasó a manos del amigo de Boudou, Núñez Carmona por intermedio del Vandenbroele, nombrado en el fondo de inversión. El objetivo era «adjudicarse los contratos con el Estado Nacional».

Amado Boudou, visiblemente más delgado -de traje oscuro, camisa celeste y corbata azul-, acomodó sus anteojos de leer, una lapicera y de su carpeta marrón sacó un cuaderno de espiral donde tomó algunas notas. Sobre la mesa, su abogado siguió la lectura de las acusaciones.

Todo apuntaba a él que como ministro de Economía «se interesó en salvar a Ciccone» y junto a los demás imputados «concretaron el levantamiento de la quiebra de la firma, con el objetivo de obtener un certificado fiscal para contratar con el Estado Nacional la elaboración de los billetes de curso legal».

Sentado atrás del ex vice permaneció Vandenbroele, con la vista siempre atenta en el tribunal. No se miraron ni se saludaron en ningún momento.

El ex vicepresidente de Cristina Kirchner se sentó en el banquillo de los acusados por segunda vez. En esta ocasión, por una causa más compleja que por la que obtuvo el sobreseimiento por prescripción, por la transferencia del vehículo Honda con papeles con información adulterada.

Junto a los demás imputados, Boudou -Núñez Carmona, Vandenbroele, Nicolás Ciccone, Rafael Resnick Brenner (ex funcionario de la AFIP) y César Guido Forcieri (ex integrante del ministerio de Economía)- escuchó las acusaciones en su contra, y cuando se iba a abrir el debate su abogado fue el único en pedir «la nulidad del juicio»: señaló que tal como se estaba desarrollando el mismo no podía «continuar ni llevarse a cabo, porque hay muchos elementos que deben tenerse en cuenta».

Durañona remarcó que el Tribunal «quiere encontrarse con los hechos, con una verdad objetiva de cómo sucedieron los hechos ya sea para una condena o absolución, debe contar con la totalidad de la información«, haciendo referencia a la causa que investiga el rol de la AFIP en la reestructuración de la deuda de Ciccone.

El TOF 4 decidió dar lugar a las cuestiones preliminares de los imputados, ya que la abogada oficial de Alejandro Vandenbroele, que asumió hoy, pidió más plazos para interiorizarse con el expediente. El juicio por Ciccone continuará la próxima semana a las 9.30.

La causa​

El caso Ciccone investiga una maniobra para que el ex vice, a través de terceros, se quedara con la imprenta privada más grande de la Argentina y la única con capacidad para imprimir billetes.

Al procesarlos, el juez Ariel Lijo sostuvo que el ex vice junto a Núñez Carmona “habrían adquirido la empresa quebrada y monopólica Ciccone Calcográfica, mientras Boudou era ministro de Economía, a través de la sociedad The Old Fund y de Vandenbroele” (señalado como presunto testaferro).

El objetivo de la operación, según el procesamiento era “contratar con el Estado Nacional la impresión de billetes y documentación oficial”.

La maniobra, por la que se acusa a Boudou por cohecho y negociaciones incompatibles, se inició con la utilización de la empresa The Old Fund, que se compró el 1 de septiembre de 2009 para «facturar un negocio relativo a la reestructuración de la deuda pública de la provincia de Formosa». En la decisión intervinieron el ex vice y Núñez Carmona, amigo de la adolescencia y socio.

Un rol importante cumplió en la operación Vandenbroele, que sin éxito buscó negociar con el Gobierno para ingresar como arrepentido al programa de imputado colaborador. The Old Fund contaba «con un objeto amplio y dueños anónimos, y no había tenido funcionamiento hasta el momento, y contaba con una sola empleada”. La firma es accionista mayoritaria de Ciccone, y fue investiga por lavado de dinero mientras comenzaba a confeccionar papel moneda.

El circuito cerró en abril del 2012, cuando el Gobierno contrató a Ciccone -bajo liderazgo de Vandenbroele, Boudou, Núñez Carmona-, para que imprimiera 160 millones de billetes de cien pesos, un trabajo por el que el Estado pagó 140 millones de pesos.

 

Pese a negar sus vínculos con Vandenbroele pero el juez Lijo determinó que éste último vivía en un departamento de Boudou, «pagaba sus expensas, y los servicios de cable, teléfono e Internet».

En el extenso listado de testigos que participarán del juicio están Laura Muñoz, la ex de Vandenbroele; Graciela Ciccone (que participó de las reuniones previas a la venta de la imprenta), Agustina Seguín (ex de Boudou); Guillermo Capdevilla (director de Asuntos Jurídicos de Economía a quien Boudou le pidió opinión sobre la situación financiera de Ciccone); Fabián Carosso Donatiello (figuraba como inquilino del departamento de Boudou en Puerto Madero pero que ocupaba Vandenbroele) y Silvina Martínez (ex directora de la IGJ).

 

GG

 

 

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