Argentina,entre la ficción o la realidad

La pareja confirmó los rumores de separación que venían creciendo en los últimos días, a través de un comunicado donde anunciaron el final de su relación.

El cine está a oscuras. El acomodador ilumina el camino; la alfombra es roja. Mientras la linterna alumbra las butacas grises, las manos intercambian programa por propina.

El acomodador y su linterna nos acompañan hasta que terminamos de ubicarnos. La película empieza. El sonido de la bocina de un coche invade la sala. En la pantalla se ve un automóvil que acaba de estrellarse contra un árbol al costado de una ruta.

En su interior el conductor yace inconsciente con el torso y los brazos aplastando el volante. No se sabe si esta vivo o no. El sonido cuadrafónico de la sala anticipa, desde las espaldas de los espectadores, la frenada de un coche que entra en pantalla dos segundos después.

Esto tranquiliza a más de uno que, en milésimas de segundo, había pensado que algún animal se había tragado con el auto la entrada del cine y que iba derecho a estrellarse contra las últimas filas.

Los del auto de la película bajan corriendo a socorrer al accidentado. La toma cambia, ahora puede verse la espalda del socorrista mientras toma con cuidado al accidentado, lo aparta del volante y el sonido hinchabolas de la bocina se detiene. La cámara cambia a un primer plano de su rostro, es una mujer y esta volviendo en sí.

Ahora abre los ojos y mira con asombro el volante del vehículo. Después se mira las manos, se toca el rostro y luego mira con sorpresa al hombre que la esta ayudando. En el subtitulado puede leerse lo que acaba de preguntarle al tipo en ingles”¿Quien es usted?”.
Más de un espectador le diría- “Sos idiota? no te das cuenta que es Robert De Niro? Pero De Niro no se lo dice.

En cambio le pregunta cómo está, como se siente y, lo que es peor, cómo se llama. La mujer le dice que no sabe, que no lo recuerda.
A todos le dan ganas de gritarle:¡Pedazo de idiota, lo de De Niro vaya y pase, pero que no sepas que sos Julia Roberts, es pa matarte!.
Pero nadie dice nada, prefieren seguir mirando la película. A esta altura ya se sabe que la mina tendrá amnesia más o menos durante una hora de peli.

Después, si es una comedia romántica, se casara con De Niro y, si es un drama, no. la cuestión es que la mujer no recuerda ni de donde viene ni hacia donde va. No sabe si es una buena o mala persona. Si es hetero o lésbica. Si ha tenido alguna vez un orgasmo.

Como la tipa perdió la memoria no recuerda ni su nombre. Podría llamarse Ana, o Gertrudis, o Adolfina. Hasta podría llamarse Argentina. Estaría bueno ¿no? Si hasta tengo el titulo de la película: Argentina, una mujer sin memoria.
Es cierto que Argentina, si bien detenta un género femenino, es un país.

Pero también, no es menos cierto que un país no escapa a lo que, en las generales de la ley, tendría que hacer una persona como para vivir y ser medianamente cuerdo y saludable.

Y este, el nuestro, solemos decir que es un país de locos. Sinceramente creo que no es así, pero un psicólogo no nos vendría nada mal.
Porque, volviendo a la película, desde siempre hemos hecho de la negación y del olvido una costumbre tan autóctona como el mate o el dulce de leche.

El garca y corrupto que hoy rajamos a patadas, se sentará en nuestro Congreso, o Casa Rosada, en cuantito pase un tiempo. Y si no es así, traten de explicarse cómo el grandísimo corrupto de La Rioja es hoy un senador de la nación. O que la mayor parte de los dirigentes del “que se vayan todos” sigan estando. Pero como Argentina vive su amnésica luna de miel presidencial, hacemos como que no están.
Cuando Uruguay construiyó la papelera que contamina, recuperamos la memoria medioambiental.
Con ello, “descubrimos” que el Riachuelo es una cloaca, que también tenemos papeleras que contaminan, cianuro en la cordillera, soja transgénica y vaya a saber cuánto más.

Aunque, como el dólar está barato, y podemos seguir comprando compus y leds a dos mangos y en 18 cuotas –gambeteando de paso una inflación del carajo-, enseguida nos olvidamos: como el miedo nos gobierna, no sea cosa que…
Así, cuando la cosa era previsible, la realidad nos despertó. De golpe, nos dimos cuenta de que el miedo es sólo un fantasma y, a la hora de elegir, supimos decir “¡Basta, tenemos que cambiar!
Fundar el porvenir, es fundar el presente, y, en este presente, la mayoría del pueblo argentino eligió cambiar: dejar el miedo, para enfrentar la verdad.
Si me preguntan por la película, no sé, la ficción quedó atrás, nos espera la realidad. Bienvenida sea. (Nota de archivo)

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Acerca de Silvia Rioja 95 Articles
Silvia Rioja es Astróloga y aborda temasc omo la Astrología Psicológica - Astrologia Ancestral - Tarot Egipcio - Descodificación - Astro Emocional - “TU LO CREISTE, TU LO CREASTE”