Macri quiere fusionar áreas para recortar el gasto estatal

El plan consiste en ahorrar 65.000 millones de pesos, un 0,8% del PBI. La meta para 2017 es un déficit fiscal de 4,2% del PBI. Pero Macri aspira a superarla con el incremento de ingresos por el exitoso blanqueo de capitales.

Mauricio Macri

El plan consiste en ahorrar 65.000 millones de pesos, un 0,8% del PBI. La meta para 2017 es un déficit fiscal de 4,2% del PBI. Pero Macri aspira a superarla con el incremento de ingresos por el exitoso blanqueo de capitales.

Cerca del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, confiaron que la poda no pasará por la obra pública; al contrario, se incrementará la inversión de cara a las elecciones legislativas de octubre.

Tampoco se tocarán planes de desarrollo social ni gastos en salud y educación. Incluso se acentuará el plan El Estado en tu Barrio. Los pilares del recorte serán tres: reordenamiento del gasto en la administración pública y en las empresas del Estado; rebaja de subsidios a la energía y el transporte (por suba de tarifas), y crecimiento económico, para generar más ingresos y diluir el déficit. El equilibrio fiscal llegaría en 2021.

El objetivo de Macri y Dujovne es marcar un “sendero” u “hoja de ruta” que sirva como señal a los mercados para conseguir financiamiento a baja tasa, de lo que se encargará Caputo, y hacia los inversores, para que apuren la llegada de capitales y la creación de empleo.

Macri corre contra los tiempos electorales. Por eso el ajuste tendrá una contracara: más ejecución en la obra pública y una fuerte reforma tributaria para eliminar impuestos distorsivos, para bajar la presión fiscal y generar trabajo.
“En el primer trimestre habrá un boom de ejecución de obra pública”, prometen en la cartera de Frigerio. Una señal de ello sería el desplazamiento del secretario de Obras Públicas, Daniel Chaín, que se iría a mediados de este mes.

Se prevé asimismo reducir organismos. Por ejemplo, todos los ministerios tienen un área de asuntos internacionales.

Se podrían fusionar en un solo ente para ahorrar en alquileres de oficinas, papeles, luz, gas, agua, directores y empleados, a los que se les reasignarían funciones.Sin embargo, en esta etapa no se suprimirían ministerios, tal como se evaluó hace meses.

Pero no se descarta que futuras renuncias de ministros para competir en las elecciones puedan torcer esa premisa. También se fusionarán o eliminarán programas con idénticas finalidades que coexisten en los ministerios, tal como adelantó LA NACION el 24 de diciembre pasado. Dentro de ellos podrían incluirse giros a las universidades nacionales. Además, se buscará más eficiencia en las 53 empresas del Estado. Tienen un rojo anual de $ 50.000 millones, lo cual explica un 0,6 % del déficit fiscal actual de 4,8% del PBI.

Por debajo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, existe desde febrero último un equipo liderado por Abbott José Reynal, coordinador de Enlace Interministerial, que recibió la orden del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, de acelerar los ajustes.

Tienen en la mira a YPF, Aerolíneas, Fadea, Tandanor, el Correo Oficial, Fabricaciones Militares, Enarsa, AySA, Nucleoeléctrica Argentina, Canal 7, Radio Nacional y Télam, entre las 53 compañías (como se informa por separado). “No será un ajuste drástico porque no nos votaron para eso; ganamos el ballottage por dos puntos”, dijo un alto funcionario.

Buscan que el recorte tenga rostro humano. Un capítulo no resuelto es el desplazamiento de decenas de directores y subsecretarios de Estado que sobreviven del kirchnerismo, sospechados de trabar la gestión.

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Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.