Una vez más, como en 1824, 1876. 1888 y 2000, el candidato mas votado no será presidente

Parece al menos inapropiado, que un argentino-americano que ha vivido en un país donde los golpes de estado, los fraudes electorales, y el record de presidentes en un día fueron parte de la vida política argentina, pretenda analizar o juzgar si el sistema electoral del país más democrático del mundo es justo o no.

En realidad tengo mas preguntas que respuestas. Veamos, en el lenguaje aeronáutico, se habla de fatiga de material cuando se lo revisa técnicamente a un avión que cuenta con muchas hora de vuelo. Se cambian o arreglan partes, o llegado un momento, se le da de baja a la aeronave. Ahora bien, si una falla se repite, y no se analiza el porque, puede llegar a producirse un accidente fatal.

Tranquilos, no es una fatalidad que un presidente asuma habiendo perdido el voto popular, y menos en Estados Unidos donde el poder no es conducido, al menos hasta ahora, por un lider mesiánico que pueda hacer lo que se le antoje. Pero, si tenemos en cuenta que en las elecciones de 1824 , 1876, 1888, 2000 y 2016 sucedió lo mismo, puede, tranquilamente, pensarse que el sistema, a través del tiempo, tiene una cierta fatiga que lo termina convirtiendo en una forma de elección injusta. Sobre todo teniendo en cuenta que después de solo 12 años (Al Gore venció por voto popular a George Bush) se repite la «falla». 

Otra curiosidad es que en todos estos comicios, a excepción de 1824 en la que los partidos estaban fragmentados de otra manera, en los cuatro restantes ganó el Partido Demócrata pero el presidente que asumió fue republicano.

Cómo es este sistema? Para hacerla fácil. En Estados Unidos votamos en forma indirecta. En cada estado se eligen los electores que luego a su vez «designan» al presidente y vice. Son 51 elecciones separadas y simultáneas (50 estados más el Distrito de Columbia), en lugar de una sola elección nacional. Cada estado tiene un número de electores que es igual al número de sus Senadores y Representantes en el Congreso.

De allí que hay estados con mayor o menor cantidad de electores. Actualmente son 538.  Por ej. Florida tiene 29 electores No importa si un partido gana por 10 votos o un millón, el que gana ese estado suma 29 «votos electorales» y así sucede con todos los estados hasta lograr conseguir al menos 270 para dejarle los 268 restantes a su adversario.

resultados

Partamos de la base que Clinton en el voto  popular total ganó por 60.122.878 contra 59.821.874 de Trump, una diferencia de alrededor de 301 mil votos. Lo que parece injusto, y tal vez lo sea, es que en algunos estados la repartija hace ver como que el triunfo final es legal, legitimo, pero no es genuino, como por ejemplo, en California, Clinton obtuvo sus electores (55) con una ventaja de 2 millones y medio de votos mientras que para obtener esa misma cantidad de electores, (4 más, 59), Trump necesitó entre Florida (120.000), Wisconsin (27.000) y Pensylvania (68.000) un total de solo 215 mil votos, algo asi como menos del 10% de la diferencia que sacó Hillary en California.

Algo similar sucedió en New York donde Hillary Clinton ganó con una diferencia de un millón quinientos mil (1.500.000)  votos y obtuvo la misma cantidad de electores (29) que Donald Trump logró en Florida con una diferencia de solo 120.000 votos.

Podemos también analizar sin mucha profundidad, la incidencia de los que votaron a los otros candidatos como Gary Johnson (del Partido Libertario) y Jill Stein (del Partido Verde) . Tal vez ahí mas de uno que los voto se quiera dar la cabeza contra la pared. Pero vamos a un par de ejemplos. En Florida entre estos dos partidos lograron 310 mil votos. Si el 40% hubiera votado a Clinton, hubieran aportado 124.000 votos y los 29 electores de Florida hubieran cambiado al color Azul. Otro tanto sucede en Pensylvania donde sumaron 190 mil votos, si el 40% hubiera votado a Clinton se neutralizaba la diferencia de 68.000 votos y esos 20 electores hubieran sido para la candidata demócrata. 

En una elección directa, aquellos que votaron a candidatos con chances mínimas tal vez no hubieran tenido la incidencia que tuvieron en el triunfo del magnate. 

A la luz de los números y resultados, por un lado, Trump deberá saber que tiene que ser moderado a la hora de atribuirse u ostentar la mayoría que lo votó, y ser consciente que la real, la directa del pueblo  (de ahi la palabra democracia) será una espada de Damocles que tendrá que ir apartando de cara al 2021. No sea cosa que esa sensación amarga que me quedó a mi, eso de ver que quien ganó, no ganó, le haga tomar conciencia a esa mayoría y con calculadora en mano piense su voto

Acerca de Oscar Posedente 368 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.

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