“Negrita villera, dejá de gritar”: la denuncia de la menor que la Bonaerense dejó esposada tras un operativo

Sheila S., de 16 años, llegó este miércoles a la mañana a la dependencia del programa ATAJO en Dock Sud acompañada de su hermano mayor para denunciar a los policías bonaerenses que, según su relato, habían irrumpido en su casa de la Isla Maciel en horas de la madrugada. Los policías habían llegado allí en busca de drogas, por orden de la fiscal Alejandra Olmos Coronel, bajo la firma del Juzgado de Garantías N°10 de Lomas de Zamora, un operativo narco. Según fuentes policiales, se encontraron drogas en la casa de la familia de Sheila: 350 envoltorios de cocaína y 30 tubos, casi 600 gramos, de polvo fraccionado.  Pero el operativo, según la denuncia de la joven, cruzó ciertos límites.

ATAJO es un programa del Ministerio Público Fiscal; dirigido por el fiscal Julián Axat, funciona como un enlace entre la Justicia y vecinos de barrios como Dock Sud, la villa 1-11-14 y la 31 bis, con tareas como las tomas de denuncias. Allí, Sheila fue recibida para hacer su relato, que abrió un expediente en la UFI N°4 de Lomas de Zamora. Hubo una particularidad: tenía un par de esposas puestas. Lo cierto es que las tenía desde el operativo de la madrugada. La Bonaerense se las había puesto. Luego de que la Policía dejó la Isla Maciel, Sheila todavía las tenía. Nunca se las quitaron.

Accedimos a los contenidos de su denuncia. En el documento, los excesos son evidentes desde el comienzo. Sheila relató «que ella se encontraba durmiendo cuando ingresó personal de la policía de la Provincia de Buenos Aires con armas de grueso calibre, apuntando a todos los que estaban en la casa, que se asustó, por lo que subieron a la habitación junto con su mamá, y todos los policías se dirigieron a la planta de arriba. Entonces esposaron a su padre y comenzaron a golpearlo».

 

La revisión de la casa comenzó en ese momento, con varias roturas y más golpes a su padre. Sheila le pidió a la policía que pararan: allí, aseguró la menor, un policía de sexo masculino «la agarró violentamente y la ahorcó contra la pared».

En ese momento, de acuerdo a la denuncia, una mujer policía la agarró de los brazos y la esposó, para encerrarla en una habitación. Sheila comenzó a gritar y la mujer policía le respondió con un cachetazo. «Como ella siguió gritando llegaron otros dos policías masculinos, quienes le pegaron cachetazos, sujetándola del cuello», refleja el oficio de ATAJO elevado a la Justicia.

Finalmente, Sheila se quedó a solas con la mujer policía, que le aseguraba que si seguía gritando se la iba a llevar detenida. La mujer policía, aseguró la menor, le lanzó: «Todo lo que digas me lo paso por los huevos, negrita villera. Dejá de gritar, guacha de mierda». Desde una ventana, la menor vio a su tía, a quien le gritó para pedir ayuda.

La Policía abandonó el lugar poco después. Sheila aseguró que la mujer policía no llevaba identificación, así como el resto de los efectivos, que podría reconocerlos en una rueda y que hasta existe un video de la situación. También, afirmó que está dispuesta a ratificar sus dichos en sede judicial. Personal de ATAJO se ofreció a acompañarla al Polo Judicial de Avellaneda para que le quiten las esposas. Un médico pediatra de la Unidad Sanitaria N°9 de la Isla Maciel la revisó: las lesiones, de acuerdo al especialista, eran claramente visibles.

Voces en la policía Bonaerense dicen algo distinto; la fiscal del caso dio la luz verde para que la menor fuera esposada. El motivo: Sheila habría intentado atentar contra su vida con un vidrio roto. También hay una supuesta explicación de por qué no le quitaron las esposas: se habría escapado a una iglesia en pleno operativo.

Si esto es cierto, queda en manos de la UFI N°4 de Lomas de Zamora determinarlo. 

Iván, el hermano mayor de la joven que acompañó a denunciarla, afirma que la droga que se encontró fue plantada por la Policía misma: «Los videos los vamos a presentar en la Justicia. Sheila está mal, golpeada, la ahorcaron, le tiraron de los pelos, le dieron cachetazos, es una vergüenza lo que hicieron. La Policía entra al living, rompe una maceta y pone una caja de té, que tenía la droga. De repente traen dos testigos de la nada y dicen ‘mirá lo que encontré’. Mi mamá cría siete hijos, cobra su pensión, avisó que tenía 3500 pesos para arreglar su auto, les dijo que estaban en el piso de arriba en un ropero, en una cajita, que no se los toquen. Se la robaron igual. Hasta se llevaron una cadenita de oro falso, de fantasía».

Por lo pronto, la división Asuntos Internos de la Policía Bonaerense ya abrió un sumario para investigar a los efectivos que realizaron el operativo en casa de Sheila.

 

GG

Acerca de Oscar Posedente 366 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.

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