Montecarlo es como el patio de su casa para Rafael Nadal. Allí ya jugó diez finales y levantó nueve veces el trofeo mayor. Y en este 2017 en el que todavía no consiguió ganar ningún título (perdió las finales de Australia, Acapulco y Miami), este Masters 1000 se presenta como la gran oportunidad de volver a festejar a lo grande. Sin los que a priori comenzaban como grandes amenazas (Murray, Djokovic y Wawrinka), Nadal superó a David Goffin (13°), desconcertado por un fallo del juez de silla en el primer set, y jugará la final contra su compatriota Albert Ramos Viñolas.
Luego de vencer al argentino Diego Schwartzman (6-4 y 6-4), el primer escollo para Rafa camino al título era Goffin, 10° preclasificado del torneo y verdugo de Novak Djokovic en un partido de cuartos que duró dos horas y 37 minutos y terminó 6-2, 3-6 y 7-5.
La historia empezó complicada para Rafa, porque el belga consiguió un rápido quiebre en el tercer game para ponerse con su servicio 3-1 arriba. Entonces, con el duelo 3-2, llegó el momento más tenso del partido. El número 13 del ranking estaba 40-0 pero el español logró igualarle el game y, con complicidad del umpire, el francés Cédric Mounier, ganarlo. Todo sucedió en la cuarta ventaja del belga para ponerse 4-2: un tiro de Nadal impactó más de 10 centímetros afuera y fue cantada «out» pero el juez de silla marcó otro pique e hizo repetir el punto.
Visiblemente molesto, y desconcentrado, Goffin luchó por más de 16 minutos pero perdió el game. El court Rainier III comenzó a silbar al árbitro y adoptó esa conducta en cada uno de los juegos que se llevó Nadal, quien volvió a quebrar después y a ganar dos juegos en cero con su saque para llevarse el primer set por 6-3 en una hora de juego.
Aunque Goffin volvió a sumar desde el servicio en el arranque del segundo capítulo, el gran partido que se vislumbraba con Nadal se terminó con el polémico fallo del umpire. El belga no volvió a ser el mismo, se notó que su cabeza había quedado clavada en ese instante del primer set y el español lo aprovechó. Lo quebró dos veces más y en poco más de 20 minutos se puso 5 a 1. Aunque el belga levantó dos match points, en el tercero Rafa cerró el partido por 6-1. Y, pese a que no fue su culpa, la cancha lo despidió con silbidos y no pudo festejar como imaginó alcanzar una nueva definición en el Principado de Mónaco.
El rival de Rafa en su 11° final en Montecarlo será el español Albert Ramos Viñolas (24° del ranking y 15º preclasificado), quien en la primera semifinal aprovechó el impulso (venía de ganarles a Andy Murray y a Marin Cilic) y también dejó en el camino al francés Lucas Pouille (11º), por 6-3, 5-7 y 6-1 y se clasificó para la quinta final en torneos de ATP, la primera de Masters 1000. El catalán de 29 años buscará este domingo su segundo título, luego del que ganó el año pasado en Bastad.
El historial entre los españoles favorece al ex número 1 del mundo, quien lo venció en las dos oportunidades en las que se enfrentaron. Ambas fueron sobre el polvo de ladrillo de Barcelona y llevan larga data. En 2013, Nadal se impuso por 6-3 y 6-0 en cuartos de final, mientras que en 2014 el triunfo fue por 7-6 y 6-4.
GG
