El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juramentará este miércoles a los 545 asambleístas que integrarán la recién electa Asamblea Nacional Constituyente, informó el equipo de prensa presidencial. Pero no lo hará en la sede del Parlamento, donde estaba previsto y donde los diputados opositores prometieron resistir en sus bancas «hasta la muerte».
El acto se realizará en el Poliedro de Caracas, un centro de eventos en el suroeste de la capital. Se espera que recién mañana, jueves, los asambleístas se instalen en el Salón Elíptico del Palacio Legislativo.
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) confirmó la convocatoria para mañana a una marcha contra la Asamblea, en medio de un rotundo rechazo de la comunidad internacional.
«La Unidad Democrática ratifica MOVILIZACIÓN CONTRA INSTALACIÓN DE FRAUDE CONSTITUYENTE este jueves 3 de agosto. ¡A defender la Constitución!», anunció en Twitter la MUD, que lleva organizados varios actos de desobediencia civil contra una Constituyente a la que ve como un intento de «consolidar la dictadura» del chavismo gobernante.
Mientras se acerca la asunción de los asambleístas, el actual Parlamento sigue trabajando en la sede legislativa alerta ante un posible desalojo o nuevos ataques de «colectivos», grupos de civiles a veces armados que dicen defender la revolución chavista y han asaltado en varias ocasiones la Cámara.
En una sesión a la que acudieron los embajadores de España, México, Francia y el Reino Unido para respaldar a esta institución, el Parlamento reafirmó ayer que no reconoce la Asamblea Constituyente ni las decisiones que pueda adoptar, y se comprometió a hacer todo lo posible para evitar su instalación.
Maduro y destacados miembros electos de la Constituyente han adelantado que este nuevo poder superior eliminará la inmunidad de los parlamentarios y tomará medidas contra los líderes opositores convocantes de manifestaciones que han desembocado en violencia.
El actual Parlamento fue elegido en diciembre de 2015, y apenas días después fue declarado «en desacato» por el Tribunal Supremo, una corte acusada de servir a Maduro.
GG
