Todos los jueves a la tarde, llueva, truene o haga calor, Natalia Alonso, Alejandra Pérez y Gabriela Aguirre interrumpen sus tareas, apagan los celulares, corren sillas y escritorios, se ponen ropa cómoda y comienzan una rutina poco convencional para un ambiente de trabajo: yoga y meditación.
Podría pensarse que la iniciativa resulta sencilla para una empresa pequeña, como la consultora fundada por Natalia. Pero lo cierto es que la meditación es una tendencia en crecimiento en todo tipo de empresas. David Gelles, autor del libro Mindful Work: How Meditation is Changing Business from the Inside Out (Trabajo consciente: cómo la meditación está cambiando los negocios de adentro hacia afuera), consigna que una de cada cuatro grandes empresas en Estados Unidos llevan adelante algún tipo de programa de reducción del estrés.
No hay datos de lo que sucede en la Argentina, pero buena parte de los departamentos de Recursos Humanos diseñan actividades vinculadas con el bienestar que incluyen de masajes y estiramientos, a ejercicios de respiración y meditación.
Uno de los beneficios evidentes de este tipo de prácticas es la reducción de estrés, que suele ser un mal que le sale caro a las empresas: daña la salud, interfiere con el sueño y, en consecuencia, afecta la productividad y aumenta los niveles de ausentismo.
Pero la meditación, además de ser un gran antídoto contra el estrés y contribuir al bienestar personal, mejora el clima laboral porque, dicen los especialistas, aumenta la empatía, es decir, la capacidad de identificarse con los otros y compartir sus sentimientos.
Natalia Alonso es licenciada en Comunicación y profesora de yoga. No en vano su consultora se llama Dhara, que significa fluir en sánscrito.»Yo tensionaba un montón la espalda y el cuello. Cuando empecé a practicar yoga me di cuenta de que podía vivir sin dolor«, dice. Ahora «el yoga es mi filosofía de vida, vivo hablando del tema. Cuando Alejandra vino a trabajar conmigo le empezó a dar curiosidad y yo le ofrecí practicar juntas», cuenta. Luego se sumó la diagramadora, Gabriela. Y ahora está totalmente incorporado a la rutina laboral.
«El objetivo es lograr un espacio de bienestar», sintetiza Natalia. «El hatha yoga combina ejercicios de práctica física con ejercicios de contemplación o meditación. Relajamos el sistema nervioso y la mente; nos sacamos el estrés y nos renovamos», explica.
Para Natalia, son varias las cosas que mejoraron a partir de esta práctica: «por un lado es un momento de compartir un espacio diferente al que tenemos cuando estamos trabajando: se establece otra unión, otra relación», señala. «Por el otro,renovamos la energía y sacamos el estrés. La contemplación nos ayuda a aquietar la mente«, agrega. Esa tranquilidad mental, asegura, «permite identificar los pensamientos con claridad».
Guillermina Imbrogno, coordinadora de Recursos Humanos de la empresa tecnológica Logicalis, experimentó la meditación personalmente cuando, en 2010, un director empezó a incursionar en el tema dentro de la oficina. «Él mismo lo organizaba», cuenta.
Como la actividad fue muy bien recibida, lanzaron una convocatoria interna y lo comenzaron a hacer regularmente, dos veces por semana: una a las 8:30 y otra a las 17:30 «para no interrumpir la operación diaria», explica Imbrogno.
La práctica de meditación «nos permitía arrancar el día de otra manera«, asegura la ejecutiva. «Poníamos música y usábamos algún disparador… energéticamente estuvo buenísimo», dice.
La actividad se extendió durante todo un año. Ahora, la empresa ofrece stretching y masajes como parte de los beneficios para sus empleados y «hay una propuesta de volver a probar con la meditación» que se concretaría el año próximo, cuenta Imbrogno.
«Las empresas que se animan a hacer este tipo de cosas ven grandes resultados», afirma, por su parte, Pablo González, director operativo de Sport Works, una empresa que ofrece servicios de actividad física y salud tanto en plantas industriales como en oficinas. «La gente se enferma menos, falta menos y se mejora el clima laboral. A veces hay un clima tenso y cuando llega el profe, todo se distiende», asegura.
En el caso de la meditación, se trata de «llenarte de paz». Se trabaja con música y «visualizando un espacio que genere bienestar, como un paisaje con tus afectos», dice González.
En la Argentina, también empresas como Danone, Lenovo, Google y la ONG Ashoka hacen prácticas vinculadas con la meditación, según cuenta Marcela D’Ambrosio, que con su emprendimiento Live, Work & Joy desarrolla programas de mindfulness en esas compañías. «Se trata de tener la mente basada en el presente, no estar todo el tiempo yendo y viniendo hacia el pasado o el futuro. Se hace a través de prácticas meditativas formales e informales y se relaciona con el autoliderazgo: nadie puede liderar si no se lidera a sí mismo», dice.
GG
