Por fortuna, la amenaza de bomba en el Ducó quedó como una simple anécdota. Como la amenaza de este River, que a priori, llegaba como banca al Ducó con la victoria ante Boca en el torneo de verano y los aires renovados. Pero este serio Huracán le borró esa sonrisa de un plumazo y lo sorprendió: 1-0 con gol de Pussetto de penal. Gran campaña de los del Alfaro. No así la del Millo, que quedó a 18 puntos de Boca. Muy lejos.
De entrada, River se mostró mejor con la pelota, pero le faltaba profundidad. Un remate de Borré tapado por Marcos Díaz y un tiro de Pity Martínez habían sido los avisos más claros. Huracán, ordenado y destinado a complicar con pelotas paradas, encontró su chance gracias a un tonto penal de Montiel sobre Noir; Pussetto lo transformó en gol cuando promediaban 30 minutos.
A partir de eso, el elenco de Alfaro, bicho para plantear partidos así, jugó con la desesperación de River: algo más retrasados para esperar y salir rápido de contra. Los de Gallardo perdieron frescura y se convirtieron en un manojo de nervios dentro de un partido áspero por momentos. Martínez quedó muy solo para generar, Pérez equivocó los caminos y Nacho Fernández entró en acción a cuentagotas.
Si bien Borré y Scocco tuvieron dos situaciones para empatarlo en el segundo tiempo, el visitante nunca estuvo cómodo en cancha. Pratto debutó y jugó 25 minutos, pero lo buscaron poco. Y Morita volvió, pero su regreso quedó en un plano secundario por esta derrota. La vuelta no pudo ser completa.
Preocupado River en el plano local. Porque si bien se reforzó en grande para pelear por la Libertadores, en el torneo local no toma vuelo. Sigue perdiendo terreno y ahora quedó a años luz del puntero. Por su parte, el Globo sigue subiendo.
GG
