Moyano y Chocobar: Distintas causas, mismas consecuencias

Por lo general, cuando algo no está bien, primero se deben atender las consecuencias, de lo que sea. Luego las causas, para que ello no vuelva a ocurrir.

Durante esta última semana hubo dos noticias que ocuparon la mayor cantidad de espacio -y atención, por supuesto- en diarios, noticieros y portales de Internet. Una fue el procesamiento y embargo por $400.000 a Luis Chocobar, el policía que mató al delincuente que participó del robo en el que recibiera diez puñaladas Joe Wolek, el turista estadounidense en La Boca, y la segunda la situación judicial de Hugo Moyano, que no solo involucra a su hijo Pablo y parte de su familia, sino que por añadidura, de alguna manera, salpicará al sindicalismo en general.

Si bien estas dos situaciones no tienen absolutamente nada que ver una con otra, en realidad, son parte de lo mismo.

En el caso del policía Chocobar, como todos sabemos, mató a uno de los dos asaltantes al turista en La Boca. El primer dato es que el delincuente muerto por Chocobar, Pablo Kukoc de 18 años, al igual que su cómplice, había estado preso por dos hechos anteriores. Sin embargo, increíblemente el juez Enrique Gustavo Velazquez, titular del Juzgado N° 1 de Menores procesó y embargó al policía.

Moyano, por su parte, al ser consultado por su situación procesal, dijo: «Si voy preso me gustaría estar en la celda de al lado de Franco Macri», en clara alusión al padre del Presidente.

Y aquí comenzaremos a demostrar cual es el hilo conductor entre la situación del polcía el sindicalista.

El juez que embargó y procesó a Chocobar por «abuso de legítima defensa», es el mismo que, entre otras aberraciones, había liberado al asesino de Brian Aguinaco, el peruano menor de edad que fue deportado y nuevamente que está en Argentina ya que la ley le permite el ingreso con un tutor a cargo. Este juez, además, fue acusado en 2004 por acoso laboral y apercibido en 2007 por firmar hojas en blanco para que las usen sus empleados cuando se ausentaba de su despacho para no perder su presentía laboral en el Juzgado.

Por su parte, Moyano no puede demostrar, de ninguna manera, el origen de sus propiedades, y muchísimo menos como se conformaron empresas -cuyos titulares son su esposa, hijos e hijastros- relacionadas a su gremio, o sea, enriquecimiento ilícito.

El principal problema en el caso del juez, no es la determinación que haya tomado en este caso en particular, sino que como puede ser posible que semejante incompetente siga al frente de un juzgado, cuando en realidad no solo hace tiempo debería haber sido destituido de su cargo, sino que además él debería estar siendo procesado por, por lo menos, mal desempeño en sus funciones.

En el caso de Moyano, pasa algo similar. El principal problema no es que hoy no pueda demostrar como generó su fortuna, sino como llegó hasta aquí sin que la AFIP, o la DGI en su momento, jamás haya detectado absolutamente nada extraño en el crecimiento de su patrimonio y/o el de sus familiares.

Ese es el verdadero problema argentino, el mal funcionamiento de las instituciones, que curiosamente funciona bien para detectar si usted, estimado lector, adeuda tres patentes de su auto o dos boletas de impuesto inmobiliario.

Entonces, como usted es un ciudadano común y silvestre, inmediatamente le llegan a su domicilio cédulas de intimación, haciéndolo sentir un capo mafia de la talla de Al Capone.

El caso de este juez garantista, (que dicho sea de paso es un tremendo error hablar de «garantismo» cuando en realidad se trata de abolicionismo) no es el único, como tampoco es el único caso el de Moyano. De ehcho, la inmensa mayoría de los sindicalistas argentinos no podrían demostrar como hacen para llevar las ostentosas vidas que llevan.

¿En que país medianamente normal, un juez con semejantes antecedentes podría seguir impartiendo justicia?

¿En que país medianamente normal, un juez procesa y embarga a un policía que cumple con su deber?

¿En que país medianamente normal, un sindicalista es más rico que los empresarios que le dan empleo a los afiliados que representa?

¿En que país medianamente normal, un sindicalista puede pasar 30 años ennriqueciendose ilícitamente sin que la agencia impositiva no lo detecte?

Como podemos apreciar, en ambas situaciones tenemos las consecuencias por no haber atendido, cuando era necesario, las causas, y lamentablemente las historias se repiten una y otra vez. Ese es el hilo conductor entre un caso y otro, no atacar a las causas para volver a sufrir las consecuencias.

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Acerca de Pablo Dócimo 129 Articles
Escritor , periodista.

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