Cuando un Canalla salvó a un leproso

Rosario es una ciudad vital, hermosa por donde se la mire, tiene una costanera que en verano se llena de gente, que al borde del Paraná goza de una buena cerveza bien helada, o como se dice allí de una buena “pinta”.

Es tan particular Rosario, que está dividida en materia de Fútbol por los dos grandes equipos que la conforman.  En la ciudad o se es “Canalla” es decir de Rosario Central, o se es “leproso” es decir de Newells Old Boys, o mejor dicho de “Ñuls”.

Rico en historia este clásico, este fin de semana se enfrentaron empate en cero, paraliza una semana antes a la ciudad, porque como se ha dicho o se es de uno o se es del otro, y entonces, no falta el comerciante, el trabajador o el vecino que esa semana se acuerda de otro que es de la “contra” y comienza tal como las abejas a aguijonearse.

Pero en esta  ciudad hay dos personajes que tienen una historia particular. Sus nombres, Pedro y Pablo, si, como aquel dúo de rock de los 70.

Allá por aquellos años a fines de los 80 y principios de los 90, uno y otro, es decir, Pedro y  Pablo, iban al colegio que estaba en el Pasaje Oroño, donde iban muchos de clase media que con sacrificio llevaban a sus hijos al industrial de los “curas”, como se decía en esa época.

Pedro comenzó en el 1ro A, y Pablo en el 1ro B.  Raramente y sin que los curas hayan previsto esto, en el “A” eran mayoría del  equipo de Arroyito, algún que otro de los equipos de Buenos Aires,  y en el “B” eran todos de N.Old Boys, y allí estaba Pablo.

Pedro iba a la cancha todos los domingos con su padre, inseparables eran pero también lo era su camiseta del canalla que siempre tenía puesta, aun en épocas de verano debajo de su uniforme del secundario.  Pero, otro que hacía lo mismo pero con otro color de camiseta es decir de rojo y negro era Pablo.

No tardaron ambos cursos en notar la diferencia de colores, y tampoco  en llegar más allá de las chicanas lógicas de la edad, a lógicos enfrentamientos futbolísticos, primero en el patio de los curas, y después en sucursales barriales.

Era a matar o morir, era la guerra, allí estaban los Bauza y Palma por un lado, y los Matino, Pochetino por el otro.

En el potrero barrial, era tanta la puja, que empezaron unos pocos y después se fueron juntando varios, en ese rejuntado los desafíos eran fuertes, y había dos que se destacaban sobre el resto, eran como los capitanes los que sobresalían, y no eran otros que un tal Pablo el leproso, y un tal Pedro el canalla.

Al principio la cosa no pasaba más que un desafío tipo barrial, pero después se fue “profesionalizando”, es decir , uno consiguió camiseta, otro una mejor cancha, y era todos los sábados unas 2 o 3 horas, bajo el sol , la lluvia, el calor o el frio, pero eso sí, no se faltaba jamás.

Allí  había dos marcadores centrales férreos, duros, tipo capitanes ellos, que con personalidad y pierna fuerte se destacaban sobre el resto.  Cuando se cruzaban en un tiro de esquina uno iba con convicción a cabecear y el otro con absoluta determinación a marcarlo.  No tardaron en llegar discusiones, más que otro empujón el recuerdo de alguna madre en sus insultos y algo más, es que tanto Pedro como Pablo, se tomaban la vida muy en serio y el juego también.

Los lunes eran en el cole de curas, signo de alguna renguera fruto del esfuerzo del sábado y alguna miradita burlona, pero cuando la cosa podía ir a mayores, los dos “capitanes” bajaban los cambios de sus jugadores hasta lograr la paz, aunque durara hasta el viernes por la previa del sábado.

Así los años fueron pasando, llegaron a cuarto año, y seguían los cruces, pero en ambos tanto en Pedro como Pablo, la cosa terminaba en el campo de juego, tenían como la mirada que todo era eso, un simple enfrentamiento futbolístico.

En sexto  año a Pedro le sucedió algo inesperado, su viejo, el canalla padre que lo  llevaba a la cancha,  y que tenía un comercio de artículos  de electricidad, se murió de repente.  La vida de Pedro cambió de un día para otro, su madre hacia lo que podía con sus hermanos, y entonces su último  año en el cole de curas ya no sería igual. 

Pedro tuvo que trabajar y aquel año no podría terminarlo en el cole de curas,  apenas podría estudiar de noche y ocuparse el resto en el comercio de su padre. 

Enterado Pablo de la situación, al principio le fue indiferente, pero con el correr del tiempo comenzó a extrañar a su adversario canalla.  Y tal fue así, que un día en plena tarde rosarina, se acercó hasta el local, y las primeras miradas  fueron  medio vergonzosas, pero enseguida se ofreció  como pudiera a ocupar el tiempo de trabajo las tardes así él podía seguir estudiando. 

No salió de su asombro Pedro, no entendió al principio como semejante rivalidad futbolera, podía transformarse en semejante lealtad y amistad.

Y así fue, los años fueron pasando los dos se recibieron del secundario, y los dos trabajaban en el local de electricidad.  Pero unos años después, apenas superaban ambos los 20 años, Pablo se fue a Córdoba a visitar a unos primos que Vivian en las sierras. 

Y allí, en plena sierra, su auto, un Fiat 147 blanco, reventó un neumático y volcó.  No tardó en enterarse su amigo canalla, y tal la urgencia viajó a Córdoba cuanto antes

Su amigo estaba grave, el accidente le había perforado un riñón y se necesitaba trasplante, y que se reuniera el mismo tipo de sangre….cero negativo.

Pero tal como son los milagros y las situaciones inesperadas, Pablo se ofreció a dar sangre, ya que curiosamente tenían el mismo tipo y además dijo, también le donaría el riñón.

Y así fue, que donó su riñón, la sangre, ese día un canalla salvó a un leproso.

Pasaron muchos años, los dos son grandes amigos, ampliaron el negocio de electricidad convirtiéndose en socios, hasta se convirtieron en compadres, eso si no cruzando líneas futboleras religiosas entre hinchas.  No se regala camisetas de contras.

Los sábados siguen siendo de futbol, tanto de padres, como de sus hijos.

Con el correr del tiempo aprendieron que llevan la misma sangre, lo único que los separa es el color de sus camisetas.

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Gerardo Lemmi es escritor y periodista deportivo.

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