Por qué, a pesar de todo, Macri tiene muchas posibilidades de ser reelecto?

Imagine, por un momento, que usted viaja en un barco y en el medio de alta mar naufraga. Usted queda solo con su chaleco salvavidas, en el medio de la inmensidad del océano a la espera de que lo salven

Imagine, por un momento, que usted viaja en un barco y en el medio de alta mar naufraga. Usted queda solo con su chaleco salva vidas, en el medio de la inmensidad del océano a la espera de que lo salven. Que bueno sería que en ese momento venga a rescatarlo un barco, y si no es un barco que sea una lancha, y si no es una lancha un bote a remos, o aunque sea una mísera balsa.

Pero nada de eso pasa cerca suyo, y de pronto ve flotando un tronco. Seguramente, por más que usted prefiera que lo rescate un yate, una lancha, un bote o una balsa, al ver que el tronco será su única posibilidad de sobrevivir, se abrazará a él con todas sus fuerzas y solo se soltará una vez que se sienta a salvo.

Hoy, algo parecido ocurre en Argentina. Muchísimas personas se abrazan a algo que consideran su única esperanza en el medio de un naufragio. Esa única esperanza, a pesar de todo, sigue siendo Mauricio Macri. ¿Por que? porque si no es Macri, es la vuelta del kirchnerismo/peronismo.Y no es un pensamientro subjetivo, sino todo lo contrario.

Por primera vez en nuestra historia, ocurre que tras un ajuste feroz, y en una situación de recesión económica enorme el gobierno mantiene un consenso bastante importante, ya que por lo menos un poco más de un tercio del electorado lo apoya.Nunca ocurrió que en medio de una situación catastrófica como la actual, donde mucha gente -en realidad casi toda la población- está padeciendo esta crisis, el gobierno siga siendo sostenido por algo más de un tercio del electorado, y que incluso hasta pueda ganar la elección.¿Por que, entonces, a pesar de que la economía -o si usted prefiere las distintas estrategias económicas- fracasaron Macri tiene muchas posibilidades de ser reelecto?


Esto se debe a que el “plan B” que se le ofrece a la sociedad es mucho peor. El “plan A” es de gente que no supo manejar la economía, pero el plan B es mucho peor. Por lo tanto, lo único que hace el gobierno es agitar el pan B, y solo con eso hace campaña, mostrando algo así como “si no somos nosotros, vuelven los otros, que son mucho peores”.
La economía es el gran enemigo que tiene el gobierno, como el peronismo tiene como gran enemiga a Cristina. En cuanto a chances electorales, según lo que dicen casi todas las encuestas serias, si la economía no empeora más de lo que ya empeoró eso no influirá demasiado en el núcleo duro del votante de cambiemos; influye más, por ejemplo, el tema de la corrupción.


Con el votante del núcleo de Cristina, ocurre exactamente lo contrario. Al votante “duro” del kirchnerismo, la corrupción no lo mueve en lo más mínimo, pero el aspecto económico si influye, y mucho.
Por otro lado, parecería ser que la estrategia de Cristina para volver al poder es muy parecida a la de Carlos Menem en 1999: el gobierno de Fernando de la Rúa sería tan malo que la sociedad pediría a gritos que se vaya y luego su regreso. Si bien la primera parte del plan se cumplió, -aunque no es lo mismo el caso actual- lo segundo no ocurrió.

Pese al trágico final del gobierno de la “Alianza”, cuatro años después Menem fue a elecciones y se encontró con un fuerte recazo de gran parte de la sociedad, tanto que desistió participar de una segunda vuelta para evitar perder frente a un desconocido proveniente de la patagonia.

Volviendo a la situación actual, en términos políticos, es evidente que al peronismo se le va a hacer muy difícil poder reagruparse, máxime teniendo a Cristina como gran enemigo, lo que le disminuye -al peronismo federal, por llamarlo de alguna manera- muchas posibilidades, y Cristina, quien es la única dentro del peronismo que podría llegar a tener chances es, como en el caso de Menem en 2003, una gran candidata para una primera vuelta, pero una pésima candidata para el balotaje.

De todas maneras, en cualquier país del mundo, un error, hecho político, económico o social puede dar vuelta una elección de un día para el otro, especialmente en un país como el nuestro, y en este caso el «a pesar de todo» puede ser menos grave que el «a cuenta de todo»; pasado cercano del cuál, todavía hoy, estamos pagando su costo histórico.

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Escritor , periodista.

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