No es la persona es la política

La gran mayoría de los argentinos esta entregado a la lucha electoral, que ha consolidado la grieta que abriera el Kirchnerismo en los últimos 12 años.
Muy similar fue la grieta que existía, y que vivi personalmente, en la década del 50 entre los peronistas y los anti peronistas.
No importaba la política, ni lo que hiciera el uno o el otro, si era peronista no servia para los anti peronistas y viceversa.
Lo que en realidad se juega en esta elección es la posibilidad, quizás nunca vivida, en la historia moderna argentina, de mantener por dos periodos de gobierno una política vinculada a la realidad económica del mundo de hoy.

Una política económica realista, dura, difícil, pero que sienta las bases de un país que puede crecer por sus propias virtudes y puede entrar en una era diferente de la que ha vivido en los últimos setenta años. Salvada la primera mitad de la década del 50 cuando se disfrutaba de los “botines” que el Gral Perón había obtenido de la guerra, producto de su ambigüedad y de sus excelentes relaciones con el eje, la Argentina entró en una suerte de montaña rusa, que la llevo a prácticamente intentar todas los artilugios que se puedan concebir para superar crisis tras crisis, sin nunca entender que el crecimiento y la prosperidad económica no son producto de un genio matemático o politico, menos aun de un economista, sino que es el producto de cuatro elementos fundamentales:

1.Educación: La educación es directamente proporcional a la capacidad de una sociedad en general riqueza a través de valor agregado.

  1. Políticas publicas e instituciones confiables y de largo plazo: no es posible crear riqueza en el tiempo sino es a través de la estabilidad de las políticas publicas, de instituciones confiables que ofrezcan un nivel de certeza para la atracción de capitales.
  2. Ahorro: El ahorro es el pilar de una sociedad. Con el ahorro se genera el capital propio que permite generar una economía donde la sociedad pueda usufructuar de sus bienes personales, afrontar su crecimiento y disfrutar su pasividad llegado el tiempo que le corresponde.
  3. Integración al mundo: No es posible el aislamiento, menos aun en un mundo globalizado como el que caracteriza el siglo actual. Los “albanismos” no tienen posibilidad de subsistir.
    El peronismo transitó todas las políticas públicas que puedan pensarse, y hasta las impensadas. De los controles de precios Gelbarianos, dignos de dictaduras del siglo pasado, hasta el liberalismo a ultranza del gobierno de los 90, hasta el uno a uno, los controles de precio de Cristina, o el cepo cambiario.
    TODOS fracasaron. El gobierno de Cristina dejo de medir la educación como prueba de su desprecio a la calidad de la misma, destruyo el ultimo vestigio de ahorro privado que eran las AFJP para usarlas en beneficio propio, no tuvo políticas consistentes, y se aisló del mundo incorporándose al socialismo del siglo XXI de la mano de su socio en la corrupción y el aislacionismo llamado Hugo Chavez, y luego Nicolas Maduro.
    Le cabe su parte también al radicalismo que fracaso con su plan Austral y otra serie de errores básicos que cometió, aunque justo es decirlo a algunos gobiernos ni siquiera le dejaron aplicar un plan.
    Hoy la Argentina tiene un plan coherente, que estemos hoy algunos mejor otros peor no cambia el concepto de coherencia. Tenemos libertad de mercados, tenemos acceso al crédito externo, libertad de comercio, y un intento serio de tener una infraestructura que permita integrar el país, bajar los costos de transporte y permitir así el aumento de exportaciones tan critico para la generación de divisas. Se han respetado las leyes, y hay un concepto de integración al mundo serio.
    La educación así como la salud han tenido sustanciales mejoras, y hoy se mide, se compara y así se pueden resolver las deficiencias. No hay forma de mejorar sin reconocer los errores, y subsanarlos. La salud ha dado saltos de calidad, la mortalidad infantil en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 30% de la población esta en sus niveles históricos mas bajos.

Si bien falta muchísimo para generar ahorro, y políticamente parecería inviable volver a un sistema mixto de ahorro jubilatorio, la posibilidad de acceder a moneda extranjera, y las tasas de interés reales son factores de motivación. Nos falta crédito, hay muchísima capacidad de crédito en la argentina, pero para eso hace falta credibilidad y confiabilidad.
El riesgo país sigue alto, porque el inversor externo tiene temor de nuevamente entrar en un cambio de políticas, independientemente del presidente de turno. Cómo se puede contratar a largo plazo si con un gobierno peronistas volveremos con seguridad a las locuras de cerrar el mercado cambiario, o cometer la imbecilidad perpetua de doblar el mercado y crear el dólar financiero y el dólar comercial, etc. TODOS FRACASARON, sin embargo se habla de esa posibilidad.
El mercado lo sabe, uno solo el mercado externo sino también el interno, por eso tampoco hay crédito hipotecario privado a largo plazo.
Los politicos argentinos y la mayoría de los economistas, sobre todo los llamados progresistas, han sido y en su mayoría siguen siendo, tan ineptos e inútiles que no perciben la importancia de la continuidad en las políticas publicas. Se pueden ajustar, pero no se pueden revertir 180 grados, como se ha hecho con las retenciones, con el mercado cambiario, etc etc.
Es por eso que seria fundamental para el país la continuidad de las políticas actuales en manos de un gobierno serio, integrado globalmente, porque fortalecería las instituciones y daría un margen de credibilidad sumamente importante para el país.

Es por eso que el voto no será por Macri o Cristina. Es por el país del presente y futuro, o el retroceso al pasado, y el pasado lleva 70 años de fracasos ,en realidad es una elección entre dos sistemas de vida.

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