Tras superar la primera meta de 120.000 firmas de votantes, el grupo promotor del referendo Ban Assault Weapons Now (BAWN) se propone ahora reunir las 766.200 que exige la ley estatal, para preguntar en las urnas si los floridanos quieren prohibir la venta de armas de asalto.
Rifles potentes, como el SIG MCX y el AR-15, que fueron utilizados en las masacres de la discoteca Pulse y el instituto Stoneman Douglas High School; podrían ser literalmente vedadas en la Florida si el referendo en cuestión prospera.
Pero antes de que la propuesta llegue a las urnas el 5 de noviembre de 2020, tiene que ser respaldada por la Corte Suprema de la Florida, para lo que es necesario las firmas necesarias.
Por ello, cientos de voluntarios recorren las principales ciudades del estado para hacer circular las peticiones, que luego serán verificadas por la autoridad electoral.
“Consume mucho tiempo, recursos y dinero que logramos reunir de contribuciones”, declaró a la prensa Gail Schwartz, presidenta del grupo BAWN, con sede en Miami.
Schwartz señaló que hoy es más difícil y costoso conseguir las firmas, luego de que “entrara en vigor la ley que regula más la recolección de firmas” con verificación de datos para voluntarios y empleados de la campaña y sueldo fijo, entre otros detalles.
“Los políticos quieren ser los únicos que decidan qué regular o no, y eso no está bien”, señaló Schwartz.
No obstante, la propuesta afronta oposición, desde defensores de la posesión de armas hasta la secretaria de Justicia del estado.
“Quieren prohibir esas armas porque no quieren reconocer que la culpa no es de ellas, sino del criminal que las usa”, declaró Eric Friday, presidente del grupo defensor de armas Florida Carry.
“Pero esa no es la manera que normalmente esas armas se usan y es hora de que se den cuenta que esta propuesta solo trata de castigar a unos por las malas acciones de otros”, subrayó.
Por otra parte, la secretaria estatal de Justicia, Ashley Moody, cuestiona la iniciativa y plantea que debe ser desechada e insiste en que es “engañosa” porque terminaría confundiendo a los votantes, pensando que estan prohibiendo un tipo específico de arma de fuego, cuando de hecho están prohibiendo prácticamente todas las armas largas”.
Schwartz lo niega y plantea que la propuesta “solo se refiere a armas que son capaces de portar y despachar una cantidad de balas determinadas por minuto”, lo que considera innecesario para tener en casa.
