El número es histórico. El dato está alineado con las estimaciones anticipadas por el sector privado. Argentina perdió un cuarto de la generación de su riqueza durante abril. El tiempo dirá que proporción de esta caída del 26% corresponde a los efectos propios de la pandemia y cuanto corresponde a las consecuencias inmediatas de la cuarentena estricta decretada por el Gobierno Nacional.
Según el informe del INDEC todas las ramas de actividad presentaron incidencias negativas en la variación interanual del EMAE.
La expectativa, si puede haberlas en este complejo escenario, es que abril fue el piso que tocó la crisis. Pero el rebote no tendrá la fuerza que tuvo en otras oportunidades. Se espera que en mayo y junio los números de la economía presenten algunas mejoras marginales respecto de abril, aunque manteniendo profundas caídas interanuales.
La crisis podría ahondarse producto de un sector privado que se está quedando sin capacidad de reacción. Muchas son las empresas que ya están fuera del sistema, aunque todavía no figuren en ninguna estadística oficial. Se rompió el precario equilibrio que arrastraba desde hace tiempo la economía argentina.
Para muchos analistas, los datos de abril solo muestran que el futuro es poco alentador.
