Suárez insistió que no quiere llegar a esa situación pero dijo que si las cifras seguían en aumento era la única manera de bajar el nivel de infección.
El alcalde dijo que preocupa que se colapse la capacidad de los hospitales que por el momento en la ciudad está al 95%.
Según Suárez la orden de quedarse en casa que se estudia es similar a la que emitió en marzo y que deja solo abierto los negocios considerados esenciales.
Para las autoridades de la ciudad otro cierre podría traer consecuencias económicas peores que el anterior debido a la falta de recursos para ayudar a los afectados.
El alcalde dijo que no se puede garantizar que habrá asistencia financiera federal como ocurrió durante la primera orden de quedarse en casa.