Hoy está de fiesta una leyenda del Cine: Clint Eastwood cumple 91 años

Este 31 de mayo, un ícono del cine cumple 91 años sobre el "caballo". Y para celebrarlo, recopilamos a continuación sus películas más destacadas.

Tráiler «La Mula» 2018

De la serie B a los ‘spaggueti western’, de los policiales violentos al infinito. El anciano más recio de Hollywood celebra 91 años y, es probable, poco le importe. Se podría acuñar otra de sus frases irrebatibles, al estilo “¿Me siento con suerte hoy?”, en la voz de “Harry el Sucio” (1971), “Vamos, alégrame el día” en “Impacto súbito” o “Pequeña, ser dura no es suficiente”, que profiere el sabio entrenador de box de “Million Dollar Baby” (2004). El actor, el Director…

Play Misty for Me

Fue el gran debut de Eastwood como director. La cinta de 1971 cuenta la historia de Dave Garland (Clint Eastwood), un popular locutor de radio de California, que recibe en su programa frecuentes llamadas de una misteriosa mujer que siempre solicita la misma canción. Un día en un pub una mujer, Evelyn (Jessica Walter), seduce a Dave, y ambos acaban en el apartamento de ella con la idea de que será una aventura de una noche, sin embargo las cosas no son lo que parecen.

Clint Eastwood no es de esos que sopla velitas llevando un sombrero de cono. Cuando en la alfombra roja de los Oscar a comienzos de los años 70 se formaban piquetes de indignados protestantes con pancartas diciendo “Harry el sucio es un cerdo repugnante”, ya el actor demostraba que lo que dijeran o escribieran sobre él le importaba un pepino. En eso era igual a su personaje, el hiperviolento policía Harry Callahan: “Primero me tildan de derechista. Después de racista. Ahora de machista”, dijo alguna vez al “Village Voice”. “Está de moda conseguir que la gente se sienta culpable por diferentes cosas. A mí me da igual, porque sé en qué puto lugar del planeta estoy, y me importa una mierda”, afirmó sin diplomacia.

“Dirty Harry” (1971)

“The Outlaw Josey Wales” (1976)

Eastwood venía de protagonizar su “Dirty Harry” con mejor guion (¡de Milius y Cimino!) y de adaptar mal al genial Trevanian en “The Eiger Sanction”. “El fugitivo Josey Wales” (1976), también con novela portentosa detrás, lo redime: un relato de venganza donde el héroe es sudista y los asesinos, yanquis. Eastwood cabalga y dirige con mayor brío que nunca. De paso, revela la gran verdad que todos ocultamos: que un color, partido o ideología encomiables pueden albergar a un hatajo de desalmados. Las buenas intenciones y el envoltorio no hacen al individuo y los cobardes siempre escogen el bando ganador.

Unforgiven

William Munny es un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que tiene dificultades económicas para sacar adelante a su hijos. Su única salida es hacer un último trabajo en compañía de un viejo colega (Morgan Freeman) y de un joven inexperto (Jaimz Woolvett). La película ganó 4 premios Óscar, entre ellos los de mejor película y mejor director.

“The Bridges of Madison County” (1995)

“Los puentes de Madison”. Elección difícil porque su vida no solo ha sido larga sino enormemente productiva. Cuando otros actores se retiraban a falta de papeles dada su avanzada edad para representar a los convencionales galanes, Clint afianzó su carrera como director iniciada en los años 70. Y en 1995 dirigió y protagonizó a un galán maduro que estaba a años luz tanto del joven enigmático y violento que representó en los Spaghetti Western de Leone como del autoritario y macho “Harry el sucio” (que nunca me gustó). Me quedo, largamente, con el maduro y solitario fotógrafo perdido en los campos de Iowa enamorado de Francesca (Merryl Streep), cuando ya es demasiado tarde para ambos.

“Blood Work” (2002)

“Deuda de sangre”, que pareciera ser solo una efectiva pieza policial, pero cuya tristeza la diferencia de un simple ejercicio de género. Y es que Clint hizo suyo algo que aprendió de Don Siegel: mostrar la desolación sin aspavientos, y la rudeza como coraza. En esta película, Eastwood homenajea a su maestro en una secuencia nocturna que remite a “Harry El Sucio”, y a él mismo encarnándolo. Sin embargo, décadas después, este Harry atravesado por la vejez termina asemejándose al Scottie de “Vértigo” de Hitchcock, al ser un agente retirado por una afección que lo incapacita, que sigue las pistas de un criminal fantasmal que lo desafía y sumerge en la culpa (con pesadilla incluida). Un Clint autorreferencial que se desmitifica, que sirve al cine, y se sirve de él sin pretensiones. 

Million Dollar Baby

Eastwood ganó su segundo Premio de la Academia como director por esta cinta que también fue la ganadora del año 2004 a Mejor Película. Frankie Dunn (Eastwood) es el dueño un gimnasio y cuenta con la ayuda de Scrap (Morgan Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Hillary Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar denodadamente para conseguirlo. Frankie la rechaza alegando que él no entrena chicas y que, además, es demasiado mayor, pero Maggie no se rinde fácilmente. Freeman y Swank también ganaron el Óscar a Mejor Actor de Reparto y Mejor Actriz respectivamente.

Gran Torino

Walt Kowalski, un veterano de la Guerra de Corea, es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin embargo, las circunstancias harán que se vea obligado a replantearse sus ideas.

Dicen que las buenas películas te quedan resonando en el inconsciente, a veces toda la vida, y Clint ha hecho algunas de ellas. Sobre la línea argumental de un viejo cultivador de flores que cae en bancarrota, y se convierte en burro del narcotráfico, Clint desarrolla una metáfora de sí mismo, una alegoría de la vejez y de su carrera cinematográfica. La vida formal como veterano de guerra, no es sino el prestigio como protagonista de los majestuosos spaguetti western de la mano de Sergio Leone. La abandonada vida afectiva no refleja solo su desorden amoroso, sino también su incursión en el más vano cine comercial de la onda de “Harry El Sucio”.

Tras la debacle su conversión en mula es una metáfora de su última producción, desde “Los imperdonables” en 1992. Su captura por los policías es una suerte de redención cínica frente al arte, y a las ideas vetustas y decrépitas que hoy profesa. Por eso su imagen desmadejada y anciana me conmueve y se me ha quedado clavada en las retinas.

GG

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