Nicaragua: Cuarta reelección consecutiva de Daniel Ortega en medio de arrestos de opositores y fuertes críticas internacionales

Una nueva reelección de Daniel Ortega está virtualmente asegurada en Nicaragua tras el allanado camino hacia un nuevo período de gobierno. Hay otros 5 candidatos menores que se consideran aliados del sandinismo. Ninguna mujer se postula a la presidencia.

Nicaragua: Cuarta reelección consecutiva. Los arrestos de 7 aspirantes a candidatos presidenciales de la oposición en los últimos meses allanaron el camino para un nuevo triunfo sandinista en las elecciones de este Domingo a pesar de un fuerte llamado a la abstención.

El binomio oficialista se completa con Rosario Murillo, actual vicepresidente y esposa del ex comandante sandinista de 75 años. De no mediar sorpresas, Daniel Ortega iniciará su quinto mandato presidencial y cuarto consecutivo, todo en medio de una grave crisis económica que amenaza en derivar en una emergencia humanitaria, según advierten analistas.

Los ausentes en estas elecciones son figuras de peso: Cristiana Chamorro, la gran favorita e hija de la expresidenta Violeta Chamorro; el sobrino político de la ex mandataria Sebastián Chamorro; el ex embajador en Estados Unidos Arturo Cruz; el ex secretario del Ministerio de Defensa en la administración de Enrique Bolaños (2002-2007) Félix Maradiaga; el ex director del canal de televisión 100% Noticias Miguel Mora; el líder campesino Medardo Mairena y el postulante de la Alianza Ciudadanos por la Libertad (CXL-derecha) Noel Vidaurre.

Nicaragua: Cuarta reelección consecutiva de Daniel Ortega en medio de arrestos de opositores y fuertes críticas internacionales

Todos ellos fueron detenidos en los últimos meses bajo distintos cargos, como incitación a la injerencia extranjera, pedir intervenciones militares, reclamar sanciones contra el país, lavado de dinero, terrorismo, conspiración, falsedad ideológica o, la más común, “traición a la Patria”.

Pero las boletas de Ortega-Murillo no estarán solas en las mesas de votación. También se presentarán otros 5 candidatos, la mayoría de ellos tildados de “zancudos”, como se denomina en Nicaragua a los “colaboracionistas” del sandinismo.

Ellos son el derechista Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC); el reverendo Guillermo Osorno, del Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), que llegó al Parlamento Centroamericano en una alianza con el sandinismo; Marcelo Montiel, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN, cercana al sandinismo); Gerson Gutiérrez Gasparín, del partido Alianza por la República (Apre) y quien acusa a la derecha de influir en la comunidad internacional sobre Nicaragua, y el pastor evangélico Mauricio Orúe, del Partido Liberal Independiente (PLI), aliado del gobierno en el Congreso.

Las elecciones se realizan 3 años y 6 meses después de las protestas que exigían la renuncia de Ortega y cuya represión causó más de 300 muertos, según organismos internacionales.

Ortega arrasó en Nicaragua con el 72,5% de los votos y un ausentismo del 42,8%

En el país centroamericano existe la reelección indefinida. Ortega gobernó el país entre 1985 y 1990 y lo hace en forma ininterrumpida desde el 2007. De ganar asumiría por un nuevo período de 5 años, hasta el 2025. En tanto, el sistema electoral es simple: ganará la presidencia el candidato que obtenga la mayor cantidad de votos válidos. No importa cuántos nicaragüenses voten de los 4,3 millones habilitados para elegir al presidente y 90 diputados.

Según un sondeo de Cid-Gallup el 65% habría votado por un opositor al que se le impidíó postularse y un 19% por Ortega. Pero la encuestadora progobierno M&R afirma que un 70,7% votará por el Sandinismo y un 11,2% por alguno de los otros candidatos.

Alberto Cortés, profesor catedrático de las Escuelas de Ciencias Políticas y de Geografía de la Universidad de Costa Rica y coordinador de la cátedra Centroamérica de esa casa de estudios, dijo que estas elecciones “van a consumar un fraude”.

“Ha habido un proceso que empezó en 2018 pero que se radicalizó desde Mayo pasado. Desde entonces se ha encarcelado a las figuras del liderazgo político que podían derrotar a Ortega. Lo que hizo la pareja dinástica nicaragüense fue cancelar la competencia a través de una legislación aprobada este año para detener a quienes se oponen a su régimen autoritario”, opinó.

En ese sentido la mayoría de la oposición llamó a la abstención, aunque esta postura no fue unánime y derivó en al menos 2 candidaturas de derechas cuyas inscripciones fueron aceptadas por el Colegio Electoral. Ellas fueron la del liberal Walter Espinoza (PLC) y la del conservador Gerson Gutiérrez Gasparín (Apre), de solo 29 años y para quien “Ortega está feliz con esta campaña” de no ir a votar. La división debilitó la unidad opositora ante el sandinismo, que según algunos analistas habilitó estas postulaciones precisamente para causar un cisma en las filas de la oposición.

El sandinismo asegura que la serie de arrestos de candidatos y aspirantes presidenciales desactivó un golpe.

Carlos Fonseca Terán, secretario de relaciones internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) e hijo de Carlos Alberto Fonseca Amador, uno de los fundadores del partido en 1961 cuando surgió como una organización política-militar en un texto denuncia que “fuerzas de derecha manejadas por los intereses de las potencias imperialistas” lanzaron en forma masiva cuentas falsas en las redes sociales “para crear la engañosa imagen de un consenso mayoritario en contra de gobiernos que no son afines a los intereses de esas grandes potencias”.

Según afirmó, estos métodos buscan desestabilizar a los países gobernados por fuerzas políticas que no responden a esos intereses. Al mismo tiempo, el dirigente denunció “una acción sistemática de clausura masiva de cuentas” afines al sandinismo presentada como una operación “anti-troles” a pocos días de las elecciones.

“Lo dicho es una muestra fehaciente de lo falsa que es la ´libertad de expresión´ en la democracia occidental, pero además pone en evidencia el plan golpista orquestado por el imperialismo norteamericano y europeo contra la Revolución Sandinista, aplicado fallidamente en (las protestas sociales de) 2018 y retomado en torno a las elecciones del 7 de Noviembre de 2021, pero desarticulado mediante la aplicación de las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional en defensa de la soberanía y la autodeterminación de Nicaragua”, sostuvo.

Se calcula que 140.000 nicaragüenses, sobre una población de 6,6 millones de habitantes, abandonaron el país en los últimos 3 años. “Han sido, sobre todo, activistas sociales y políticos”, dijo Cortés.

Para el analista Tiziano Breda, experto en Centroamérica del International Crisis Group “la situación del país está al borde de ser catastrófica tras 3 años de recesión parcialmente amortiguada por la recuperación de este año como resultado de un estímulo global y en un marco de pandemia. En este contexto se perdieron miles de empleos y aumentaron los precios de la canasta básica, el combustible y la energía.

“La situación es muy precaria. A esto se suma una escalada represiva donde un estado policial de facto mantiene una presión muy fuerte. La combinación de estas dos dimensiones trajo como consecuencia un flujo cada vez más grande de nicaragüenses que están saliendo del país”, sostuvo Breda

Y concluyó: “Ortega intentará balancear el aislamiento internacional con el fortalecimiento de las relaciones con países que estén menos preocupados por la situación interna nicaragüense como Rusia, Cuba, Venezuela y algunas naciones asiáticas y africanas, pero corre el riesgo de que la crisis social y económica se transforme en una crisis humanitaria que ya vemos incipiente con estas salidas migratorias”.(TN)

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