Historia del dólar blue: Cuándo nació y por qué se llama así

El dólar informal tiene casi 90 años de historia en la Argentina, aunque fue bautizado como blue hace una década. Aquí, la verdadera historia del paralelo

Historia del dólar blue: Aunque todo el tiempo hablamos de él, poco se conoce realmente de su origen. Antes que nada cabe aclarar que, el dólar blue, que por estos días está muy calmo, cotizando apenas por arriba de los $200, no es una moneda en sí misma, sino una cotización informal de la divisa estadounidense y es vista como una vía de escape a los controles cambiarios, una canalización del ahorro para las personas que no tienen acceso al solidario o una búsqueda de cobertura: todo eso es el dólar blue.

Nadie sabe bien porqué se llama así (azul en inglés), aunque hay varias teorías. Hay una frase que dice «es más falso que dólar celeste» y de ahí podría provenir el nombre.

«Puede estar relacionado a las acciones blue chip, de alto valor de capitalización y gran liquidez», apunta Santiago López Alfaro, de Patente de Valores. Mientras que el asesor financiero Francisco Di Cristófaro opina que el origen radica en que, «a los gobiernos, les gusta ponerles nombres marketineros a las cosas que no suenan tan bien».

Lo que sí es una certeza es que comenzó a existir bajo ese nombre hace unos 10 años, durante el Gobierno de Cristina Kirchner, como consecuencia del cepo al dólar que aplicó su gestión para limitar el acceso a la divisa. Eso impulsó el crecimiento del paralelo y su cotización era noticia todos los días.

Historia del dólar blue: Cuándo nació y por qué se llama así

Sin embargo, el origen del dólar blue  data de mucho antes que el de su nombre porque, tal como explica Mario Rapoport, economista doctorado en Historia en la Universidad de París, «siempre hubo fuerzas tendientes a devaluar el peso» y eso llevó a que, en Septiembre de 1931, a poco de conocerse que Gran Bretaña abandonaba el patrón oro, el gobierno de José Evaristo Uriburu implementó un mecanismo de control cambiario, orientado a contrarrestar el impacto de la crisis de 1930 en la economía local.

Además, creó una Comisión de Control de Cambios, que estaba autorizada a establecer un tope mínimo y máximo para comprar divisas por los Bancos. Luego (desde 1933), se establecieron dos tipos de cambio, uno vendedor y uno comprador.

Así, surgió «una suerte de mercado negro legalizado y no se exigía permisos previos ni documentación alguna», escribe Rapoport. Sin dudas, ese primer control de cambios es el primer origen de nuestro contemporáneo dólar blue.

La historia continuó su curso y, entre 1945 y 1973, la época dorada del keynesianismo, los controles cambiarios eran la norma en muchas partes del mundo, según informa una fuente del mercado. Después, eso cambió y fue ganando espacio el ajuste de precios junto con el desarrollo de los mercados financieros.

Es así como, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), se establecieron tipos de cambio múltiples para impulsar el desarrollo del comercio exterior y Di Cristófaro señala que, «en 1952, fue la primera hecatombe cambiaria» con una brecha entre el paralelo y el oficial del 400%.

«Situaciones como esta y frases como ‘si el mercado quiere dólares, le vamos a dar con el látigo’, de José Luis Machinea en 1989, llevaron a que el mercado del dólar paralelo se fortaleciera», opina. El cepo restringe el acceso al dólar y alienta los mercados alternativos.

Por su parte, Rapoport comenta que, en Argentina, cuando más comenzó a prevalecer el dólar paralelo fue en la década de 1970, a partir de la dictadura militar. «Las políticas neoliberales desregularon los mercados de cambio y eso trajo un dólar informal más fuerte porque no había confianza en las tasas de cambio que implementaban los gobiernos», describe.

En sintonía con esa descripción, Di Cristófaro recuerda las épocas en la década de 1980, cuando todo el centro porteño estaba cableado por las «cuevas financieras», que pinchaban con un alfiler y un cable los tendidos de las agencias de noticias para obtener de primera mano datos claves para el mercado.

«Después vinieron los celulares y todo empezó a ser más fácil», rememora. Sin embargo, una fuente del mercado opina que la tecnología impulsó aún más los mercados informales. Esto comenzó a darse en la década de 1990 en los países menos desarrollados.

Así, convertibilidad y corralito de por medio, entramos al siglo XXI con un dólar paralelo que hasta tiene nombre propio.

Ya con tres años de vida del azul, en Diciembre de 2015, el gobierno de Mauricio Macri anunció la vuelta al mercado libre de cambios. Hubo calma al principio, aunque continuaba alta la demanda y, en Abril de 2018, empezaron las corridas cambiarias.

Finalmente, en Agosto de 2019, tras las elecciones PASO, se nombró a Guido Sandleris al mando del BCRA. Luego, implementó nuevas restricciones al mercado cambiario que se fueron endureciendo con el paso de los meses, sobre todo, luego del cambio de Gobierno, ya que, por la escasez de divisas, la gestión de Alberto Fernández reforzó las trabas de acceso al dólar en varias ocasiones.

Así, aunque el mercado blue es relativamente marginal y de alta volatilidad, sigue coexistiendo con su hermano el verde y otros 3 (MEP, contado con liqui y el solidario) y llegó a tocar picos inimaginables por arriba de los $220, aunque hoy se estabilizó alrededor de $201.

Hoy, se convirtió en una de las cotizaciones de mayor referencia del mercado del dólar porque, al no estar regulada, es vista como un espejo real de lo que pasa con la divisa. Dada la característica bimonetaria (de hecho, no por ley) de la economía nacional, todo hace pensar que, tal como anticipa López Alfaro, «la cotización paralela del dólar y el mercado azul nunca van a dejar de existir».(IProfesional)

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