El Gobierno, a través de la Oficina del Presidente, ha destituido a Julio Garro, subsecretario de Deportes, por afirmar que Lionel Messi debería disculparse tras la polémica con Francia derivada del video donde el plantel de la selección argentina canta una canción con contenido racista durante los festejos de la Copa América.
“Ningún gobierno puede dictar a la Selección Argentina, Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún ciudadano, qué comentar, qué pensar o qué hacer. Por esta razón, Julio Garro deja de ser Subsecretario de Deportes de la Nación”, indicó la cuenta oficial de X en un comunicado.
Garro, cercano al ex presidente Mauricio Macri, se vio envuelto en la controversia durante una entrevista en radio Urbana Play, donde apoyó la crítica de la periodista María O’Donnell hacia los jugadores argentinos. Garro opinó que el capitán de la Selección, Lionel Messi, y el presidente de la AFA deberían disculparse para dar un buen ejemplo, lo que generó malestar en el entorno partidario del presidente Javier Milei, que minimizó la polémica calificándola de un simple cántico de hinchada.
Garro intentó aclarar que su intención no era exigir disculpas públicas, pero fue confrontado en redes sociales por Daniel Parissini, conocido como El Gordo Dan. La situación empeoró cuando el presidente Milei replicó un mensaje pidiendo la salida de Garro, enfatizando que sus declaraciones contradecían la ideología del gobierno.
Ante la creciente presión, Garro intentó nuevamente desvincular al Ejecutivo de sus comentarios en una entrevista en Radio La Red, declarando que sus palabras eran a título personal y no representaban una posición oficial. Sin embargo, a las 20 horas, la cuenta oficial del Ejecutivo confirmó la destitución de Garro, defendiendo a los jugadores de la selección campeona del mundo y América.
La vicepresidente Victoria Villarruel también se pronunció sobre la polémica, apoyando al mediocampista Enzo Fernández y subrayando que Argentina es un país soberano que no tolerará imposiciones extranjeras. A pesar del malestar en Francia, la posición de las autoridades nacionales se mantuvo firme.
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