Las elecciones presidenciales de 2024 quedarán en la historia marcadas por cambios drásticos, decisiones políticas inesperadas y eventos sin precedentes. Durante las primarias, Joe Biden y Donald Trump llegaron como los principales contendientes, cada uno con su propio trasfondo de controversias.
Trump emergió como el candidato republicano en medio de enfrentarse a cuatro procesos judiciales, algo inédito para un expresidente, que muchos analistas consideran parte de una persecución política para evitar su candidatura y su retorno a la Casa Blanca.
Previo a las elecciones, los estados de Colorado y Maine lo excluyeron de la boleta primaria, una decisión calificada como inconstitucional y sin respaldo judicial que declarara a Trump culpable de insurrección o traición.
Al mismo tiempo, varios estados liderados por la izquierda radical impulsaron demandas similares, aunque la mayoría de ellos confirmaron su derecho a postularse. Eventualmente, la Corte Suprema determinó que la sección 3 de la Enmienda 14, invocada para inhabilitarlo, no aplicaba en este caso, despejando su camino hacia la nominación.
Trump se impuso en las primarias republicanas, logrando una histórica victoria en los caucus de Iowa y New Hampshire. Mientras tanto, Biden enfrentaba investigaciones del Congreso sobre presunta corrupción y abuso de poder, relacionadas con su hijo Hunter y su hermano James en negocios internacionales.
Por otro lado, Robert F. Kennedy Jr. surgió como un retador a Biden dentro del Partido Demócrata, criticando abiertamente a la administración actual y proponiendo cambios profundos. A pesar de su creciente popularidad, Kennedy fue marginado por la élite del partido, lo que lo llevó a postularse como candidato independiente, aunque sin posibilidades claras de éxito.
El clima electoral se vio aún más sacudido por el atentado contra Trump y la eventual renuncia de Biden a su candidatura, que resultó en la nominación de Kamala Harris, una decisión polémica que dividió aún más al Partido Demócrata.
Kennedy Jr. finalmente se unió a la campaña de Trump, una alianza que podría influir en votantes clave en estados como Michigan, Wisconsin y Arizona. Esta unión con Trump, junto con el respaldo de figuras como Tulsi Gabbard y JD Vance, añade nuevas dinámicas a una carrera presidencial ya de por sí compleja.
En una encuesta reciente, el apoyo a Trump supera significativamente al de Harris, reflejando un descontento generalizado con la actual administración y las crecientes tensiones políticas en los EE.UU