
La siguiente es una lista con los 12 estados identificados como realmente competitivos en las elecciones del 8 de noviembre, con datos demográficos que explican su carácter decisivo y por qué los candidatos concentran sus actos y publicidad casi exclusivamente en ellos.
Sin embargo, los demócratas y muchos especialistas creen que este año será un estado competitivo debido a su creciente número de votantes hispanos, que rechazan las posturas anti inmigración de Trump.
Hasta 2008, había votado siempre por los republicanos en todas las presidenciales desde 1964, menos en 1992. Unos 550.000 de estos latinos están habilitados para votar, constituyendo el 15% del padrón.
Entre 1900 y 2012, el ganador del estado obtuvo también la Presidencia en casi el 76% de los casos -el 100% desde 2000-. En ese mismo periodo, Iowa apoyó más a candidatos republicanos que demócratas (65,5% contra 34,4%), aunque desde 2000 votó siempre por los demócratas menos en 2004.
Es uno de los más industrializados del país y la cuna y corazón de la industria automotriz. El 80% de sus habitantes son blancos. El sureste del estado, la región más poblada, urbana e industrial, es fuertemente demócrata, pero en el Suroeste y en el Norte, que son más rurales, predominan los republicanos.
Votó por el ganador de la Casa Blanca en un 72% de las elecciones entre 1900 y 2000, más por los republicanos que los demócratas. Pero desde 2000, ningún republicano ha podido imponerse en el estado.
Este estado minero, montañoso y desértico se convirtió en un importante destino turístico en el siglo XX gracias a la legalización del juego y a sus permisivas leyes de matrimonio y divorcio. Su ciudad más grande es Las Vegas, famosa por sus casinos.
Con su rápidamente creciente población de hispanos y no blancos, la demografía del estado favorece cada vez más a los demócratas. El 28% de sus habitantes son latinos, y 328.000 de ellos -el 17% del padrón- están habilitados para votar. En el último siglo, el ganador del estado fue también presidente electo en un pasmoso 89,7% de las elecciones. Votó republicano en 2000 y 2004 y demócrata en 2008 y 2012.
Está rodeado de estados que siempre votan por los demócratas. En el último siglo, los republicanos ganaron 15 veces y los demócratas 10, pero éstos se impusieron en cinco de las últimas seis elecciones. Más de la mitad de su población nació fuera del estado, muchos de ellos en distritos vecinos.
No es el típico estado oscilante. En el último medio siglo votó republicano excepto por tres elecciones presidenciales en las arrasaron los demócratas: en 1964, 1976 y 2008 con Barack Obama.
Está considerado uno de los más oscilantes de los estados clave, y ha apoyado al ganador de las presidenciales de los últimos 60 años. Es un estado de fuerte base industrial pero que también cuenta con un importante sector agrícola y de servicios.
Rodeada por estados de mayoría demócrata u oscilantes, Pensilvania votó en las últimas seis elecciones por los demócratas, pero ningún analista lo excluye de los estados clave.
Cuna de la democracia estadounidense, Pensilvania tiene una de las economías industriales más antiguas del país así como un influyente sector empresarial rural.
Este estado votó por los demócratas en las últimas dos elecciones, pese a que siempre favoreció a los candidatos presidenciales republicanos en las cinco décadas precedentes. Su desempleo bajó en los últimos años, incluso hasta alcanzar un nivel mucho más bajo que la media nacional.
Este estado es otra de las economías industriales más antiguas del país, con fuerte presencia sindical. Su economía se recuperó durante la gestión Obama. El desempleo está debajo de la media nacional, los ingresos familiares crecieron un poco y los niveles de pobreza bajaron.
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