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Gente incumplidora: Cómo evitar las decepciones, 2 grandes diferencias que puedes aprender para no amargarte la vida

En un mundo ideal, cada promesa hecha sería una promesa cumplida. De eso se trata la responsabilidad personal y profesional. Sin embargo, la realidad dista mucho de este ideal, llevándonos con frecuencia a enfrentarnos con la decepción y la frustración cuando las expectativas y los acuerdos que hemos hecho no se materializan.

Esta discrepancia entre lo esperado y lo real no solo pone a prueba nuestra paciencia, sino que también puede deteriorar nuestras relaciones interpersonales. El desafío, entonces, radica en cómo manejar efectivamente estas situaciones sin caer en la amargura.

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Hay varias formas concretas para mejorar nuestra comunicación y las expectativas, enfocándonos en la comprensión de pedidos, ofertas, reclamos, y la delegación efectiva como pilares fundamentales para construir relaciones más sólidas y satisfactorias.

En la interacción humana, la claridad en la comunicación es fundamental. Por eso, aunque la gente tome un pedido o una oferta como una promesa, cada componente son cosas distintas. Como humanos, somos interpretativos; esto significa que no todos percibimos lo mismo ante una situación en común, por ejemplo, pedir algo. Revisémoslo en detalle:

Muchas veces, pedidos mal formulados se convierten en quejas cuando no se cumple lo esperado, o alguna de las partes rompe el acuerdo tácito. En este punto, es crucial transformar quejas en pedidos concretos, evitando asumir que el otro comprende implícitamente nuestras expectativas y el nivel de calidad deseado con lo que se solicita.

Un ejemplo para ilustrar sobre cómo formular pedidos con efectividad: Pedido Reformulado: En lugar de decir vagamente «¿Puedes hacer esto lo antes posible?», podría decir: «Necesito este informe para el martes al mediodía. ¿Es posible para ti cumplir con este plazo?».

Aquí va un ejemplo: Cambiar un «Te puedo ayudar con ese proyecto cuando tenga tiempo» por un «Puedo dedicar tres horas este jueves a ayudarte con tu proyecto. ¿Te viene bien?».

Para graficarlo, en vez de expresar “Sí, te lo prometo”, se puede decir “Me comprometo a cumplirlo dedicándole dos horas este sábado, para tenerlo listo antes de las 12 del mediodía. ¿Es útil para ti de esta forma?”

La delegación no es solo asignar tareas; es también un acto de confianza. Para que lo puedas lograr, aquí hay algunos pasos para delegar de manera efectiva:

  1. Define expectativas claras: Sé específico sobre lo que necesitas, incluyendo plazos y resultados esperados.

Entonces, en vez de permitir que la amargura se arraigue dentro nuestro frente a incumplimientos, es posible optar por un enfoque más constructivo y proactivo.

Al mejorar nuestra comunicación y ajustar nuestras expectativas, no solo prevenimos decepciones, sino que también abrimos la puerta a relaciones más profundas y significativas. Así, en lugar de preguntarnos por qué los demás no cumplen con nuestras expectativas, podríamos preguntarnos si estamos comunicando bien y estimulando lo suficiente, para construir un resultado compartido más satisfactorio.

Daniel Colombo

Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.

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