QUIERO SER DIPUTADO

Luego del “dietazo”, el Presidente de la cámara de diputados, Emilio Monzó, anunció que el gobierno decidió suspender el incremento aunque, “parcialmente”.

Sin ruborizarse, Monzó admitió que esto ocurrió debido al “impacto en la opinión pública” que tuvo el tema.
Por su parte, Mauricio Macri, ante el aumento acordado por los legisladores del 47 por ciento, muy superior al 31 por ciento del promedio de las paritarias, reclamó que “Hay que reconocer que hubo una inflación, que hay que hacer un ajuste para ser medianamente equitativos, pero tampoco en estos momentos pasarse de largo”.

En otras palabras, no fue porque se dieron cuenta de que hicieron algo totalmente fuera de lugar en un país con más del 30% de pobres, sino por el “qué dirán”.

De todas maneras, los sueldos no se modificarán, sino que se retrotraerán los aumentos en los gastos de representación, que habían pasado de los 10 mil a los 20 mil pesos, y analizar la posibilidad de declarar intransferibles los pasajes de avión que les dan a los legisladores.

Recordemos que fue el propio Monzó quien junto a su par del Senado, Gabriela Michetti, firmó la resolución del “aumentazo” y, como no podía ser de otra manera, con la connivencia silenciosa de casi todos los partidos, incluido el massismo y el kirchnerismo.

Pero esta historia sobre los sueldos y gastos de Senadores y Diputados no es de ahora. Roberto Arlt, en la década del 30, en sus memorables “Aguafuertes Porteñas”, escribió un artículo titulado “¿QUIERE SER USTED DIPUTADO?”

que comienza de la siguiente manera: “Si usted quiere ser diputado, no hable en favor de las remolachas, del petróleo, del trigo, del impuesto a la renta; no hable de fidelidad a la Constitución, al país; no hable de defensa del obrero, del empleado y del niño.

No; si usted quiere ser diputado, exclame por todas partes: Soy un ladrón, he robado… He robado todo lo que he podido y siempre.”
Como la genial obra de Discepolo, Cambalache, este artículo de Arlt es tan actual, o más, que cuando fue escrito.

Pero como nuestros legisladores son tan creativos, y es tan exitoso ser parlamentario, fueron por más, y junto con sus pares latinoamericanos crearon el Parlasur, una entidad que no sirve para absolutamente nada, solo para sus integrantes.

Todo esto forma parte, lisa y llanamente, de nuestra cultura e idiosincrasia. Por eso, difícilmente nuestros legisladores puedan solucionar nuestros problemas, porque sencillamente ellos son el problema.

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Escritor , periodista.