Cómo prevenir las otitis en invierno

Las bajas temperaturas pueden generar catarros, bronquitis, faringitis o gripe, afecciones que inciden directamente en nuestra salud auditiva. Los chicos y las personas mayores son los grupos más propensos

Con la llegada de las bajas temperaturas en otoño, nuestra salud comienza a estar comprometida por agentes externos que nos enferman.

El frío, el viento, la humedad y las bajas temperaturas pueden generar catarros, bronquitis, faringitis o gripe, afecciones que inciden directamente en nuestra salud auditiva. Los chicos y las personas mayores son, además, los grupos más propensos a padecer estos problemas, debido a que su sistema inmunológico es más frágil.

«En los meses de bajas temperaturas son frecuentes los cuadros de otitis media aguda y otitis media con efusión. La primera es la infección aguda del oído medio; es una patología bacteriana, frecuente en niños, principal causa de hipoacusia en población pediátrica, si bien por maduración disminuye a partir de los 6 años», explicó el doctor Juan Carlos Razetti, médico otorrinolaringólogo del Hospital Italiano de Buenos Aires.

La otitis es una patología bacteriana, frecuente en niños, principal causa de hipoacusia en población pediátrica

Dolor de oído, líquido purulento en oído medio e hipoacusia son algunos de los síntomas que aclaró el profesional.

La otitis media con efusión, en tanto, es la presencia de líquido en el oído medio sin signos o síntomas de infección aguda.

El doctor Ezequiel Laborde, médico de Otorrinolaringología del Hospital Británico y asesor de GAES Centros Auditivos, propone una serie de consejos para prevenir posibles trastornos auditivos durante el invierno.

  • Niños:

Antes de que llegue el invierno, realizar un control otorrinolaringológico para evaluar la salud auditiva de los chicos.
En caso de congestión nasal frecuente, hacer una consulta con el pediatra y el otorrinolaringólogo, ya que los cuadros de congestión y rinitis favorecen la aparición de otitis.

Evitar los cambios bruscos de temperatura y garantizar que los chicos se alimenten bien para reforzar sus defensas; tener en cuenta que la lactancia materna es uno de los mejores aliados para reforzar las defensas.

Evitar el hacinamiento, la convivencia con fumadores y la alimentación boca arriba.

Mantener las manos limpias y utilizar alcohol en gel para evitar infecciones respiratorias altas.

  • Adultos mayores:

Si bien, en éste grupo la otitis media no es tan frecuente como en los niños, ciertas bacterias productoras de neumonía pueden afectar simultáneamente al oído medio.

Ante la presencia de hipoacusia unilateral con derrame en el oído medio (otitis media con efusión) que no mejora con los tratamientos medicamentosos se deberá investigar patologías que puedan estar comprimiendo la trompa de Eustaquio.

Mantener una buena higiene externa, pero nunca introducir hisopos u otros objetos en los oídos, ni mucho menos realizar lavajes por el riesgo de otitis externa maligna (sobre todo en pacientes diabéticos o inmunosuprimidos). Si bien, esta no es una otitis media del invierno, se menciona por la gravedad del cuadro.

Después de haber pasado una otitis o cualquier tipo de infección del oído, es recomendable una revisión auditiva para comprobar si pudo haber afectado a la audición. El especialista prescribirá el tratamiento oportuno en cada caso.

La amigdalitis, otro problema

Las amígdalas y las adenoides son masas de tejido linfático que forman un anillo que rodea la parte posterior de la faringe, es decir, la garganta. Las amígdalas se localizan a ambos lados de la garganta, mientras que las adenoides están arriba y por detrás de la nariz.

«A diferencia de las amígdalas, las adenoides no son visibles por la boca sin la ayuda de instrumental médico o a través de una radiografía. Su misión es filtrar las bacterias y virus que ingresan por la nariz y producir anticuerpos frente a las infecciones de las vías aéreas», afirmó Razetti.

«Esta función es muy importante durante los primeros años de vida y va disminuyendo con el desarrollo. De hecho, no hay evidencia de que amígdalas y adenoides sean importantes luego de los cinco años de edad», aclaró el experto.

Y agregó: «Si bien intervienen en la defensa contra infecciones, también pueden ser causa de enfermedad, infectarse crónicamente y dejar de cumplir con su función protectora. En ocasiones, incluso, se agrandan lo suficiente como para causar obstrucción que se manifiesta por ronquidos y/o apenas».

 

GG

Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.