Transforma una emoción en cuatro pasos

En principio, debes comprender que un problema es mayor o menor problema dependiendo la “tensión emocional” que se le ponga a ello. Con esto me refiero a que una situación en sí, no produce nada a la persona, la interpretación de esa situación es lo que la afecta. Para bien o para mal.

Están aquellos que quedan “anclados” a ese momento por períodos a veces muy largos y están los otros, que lo mismo, se lo toman como una etapa de aprendizaje y siguen lo más bien su camino sin mirar hacia atrás. Así como están esos recuerdos que cuando los traemos a nuestra mente nos alegran y nos ponen contentos, están los otros que nos traen emociones que nos ponen mal.

Nos entristecen y hasta nos hacen llorar. Te propongo que pongas en práctica algunos mecanismos que te ayudarán a bajar esas tensiones emocionales de circunstancias vividas, que al recordarlas te ponen mal, y transformarlas en algo que no te afecte tanto.

Primer paso: estar en conexión con tu interior. Esto lo puedes lograr con meditación o simplemente controlando la respiración por unos minutos. Si meditas o haces la práctica del control del aire, aunque sea cinco minutos diarios; sirve. Cuando lo puedas hacer por más tiempo; mucho mejor.

Al hacer esa pausa en el día y al estar en contacto contigo, lo que estas haciendo es lo más parecido a despejar una mesa de trabajo para poner poner cosas sobre ellas y poder observarlas y manejarlas.  Una vez que estás transcurriendo este primer paso, estás en condiciones de ejecutar los tres que le siguen.

Segundo paso: aceptar lo ocurrido. Ya sea que tu hayas tenido la culpa o que la haya  tenido otra persona, no importa, ocurrió. En ese tiempo de conexión contigo del primer paso, es el momento de poner esa  situación sobre “la mesa” y reconocer que existió. Dejando de lado las culpas, debes asumir que sucedió.

Tercer paso: revivir lo ocurrido.
Repasa esa circunstancia paso a paso y analízalos. No te estoy invitando a que te tortures,  recuerda que estas transcurriendo el primer paso donde estas haciendo “un espacio” en ti para poder trabajar con estas emociones. Ahora bien, al analizar el camino de lo sucedido y en este momento donde tu mente está en plena conciencia con tu interior, trata de ir entendiendo el porqué de cada movimiento. Qué es lo que necesitabas, qué es lo que esperabas, en condiciones estabas cuando pensaste y decidiste hacer cada cosa, etc. Es aquí donde indefectiblemente vas a descubrir los “porqué” reales y vas a entender muchas cosas más de las que entendías hasta este momento.

Así podrás detenerte y saber qué beneficios le puedes sacar a esa situación y qué puedes aprender de ella. Así tu mente no sólo se concentrará en una pequeña porción, sino en todo.

Cuarto paso: tomar perspectiva. Sabiendo que las emociones te afectan hoy y ahora, trata de imaginar tu “sentir”  de aquí a unas horas, luego a unos días y por último a unos años. De esta manera ejercitarás el desapego a esa emoción y la podrás manejar mejor.
Repitiendo estos cuatro pasos varias veces con la misma emoción, lograrás que cada vez que traigas a tu mente ese
recuerdo, puedas transitar por el sin que las emociones te hagan mal. Inténtalo y verás. El sentirte bien es mucho más sencillo de lo que crees.
Recuerda #CuandoSeQuiereSePuede

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Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.