Rojo de Sudamérica

Si algo le faltaba al Rojo de Avellaneda, era este año consolidar su segunda mitad de año con un titulo. Y así fue.
Allá por Enero, Ariel Holán comenzó en el rojo como Director Técnico.
Después de su ciclo sorprendente en Defensa y Justicia, pudo conseguir su sueño, dirigir al equipo del que es hincha. No le fue fácil, se unió mucho el prejuicio que existe en el mundo del fútbol.

Y si vamos a nuestro bar, allá por Enero, el Bocha era vapuleado por el comentario de sus amigos de mesa. Alguno más burlón, como el académico Lucho, le decía, “che Bochita, van a jugar con palos, ahora, jejejeje”, seguido por las risotadas de los demás, y algo del susodicho que también tenía bastantes dudas.

Pero, el que era entrenador de hockey en Lomas, supo de estrategias, de formas, de tácticas. Hacia 30 años que dirigía el Hockey y un día decidió dar el paso. Hace dos años atrás, este personaje decía, “el hockey me facilitó llegar al fútbol”. Sabe de qué habla, sabe con quién cuenta, el trabajo en equipo, el no improvisar. Una jugadora de hockey, aparte de fanática del rojo, la leona Gulla dijo:

“Ingresó en el mundo del fútbol, sabiendo que Argentina es un país exitista. El venía con su técnica, y se escuchaba en forma despectiva que el venia con sus drones, con su forma de trabajar muy distinta al mundo del futbol. Pero festejé luego como consiguió Independiente el título en el Maracaná, no solo por el titulo sino por el juego”.

Es cierto, el mundo del fútbol es exitista, prejuicioso, hostil. Y vaya que tuvo hostilidad Holán, que hasta tiene custodia propia él y su familia, por denunciar a un “nene bueno” de la hinchada hoy preso. A pesar de todo, hasta de la crítica por el uso de la tecnología, Holán siguió con su camino, y de la hostilidad pasó a la paciencia, y luego a la admiración de parte del hincha del Rojo.

Sabiendo que como en el hockey, el equipo se arma de atrás para adelante, lo dice una de sus súbitas también del rojo Antoniska, también leona, cuando dice “el sabe armar la estructura desde atrás, teniendo solidez allí, entonces luego es ser agresivo desde el medio para adelante, encontré mucha similitud en este Independiente a los que nos decía, por eso disfruté mucho al verlo”.

El hockey entonces no tiene que ver con el futbol, eso es verdad, uno se juega con la pelota en los pies, y el otro sabemos que con un palo y la bocha, justamente nuestro hincha de la mesa lo habrá sufrido en esos primeros tiempos, al ser víctima de las chanzas de sus compañeros.

Pero en lo que se refiere a la táctica, la estrategia, y la forma del juego, desde la solidez desde atrás, al desprendimiento por los costados, y a recuperar jugadores en pos del equipo, parece que son similares.
Holán nos enseña eso, y desde allí construyó e hizo, que el rojo vuelva a sus raíces, juego asociado, vistoso, siempre pensando en el arco de enfrente, con jugadores más que recuperados, fijémonos en Meza y en Giglioti los potenció, les dio confianza y les sacó el mayor provecho.

Rodeado por sus eficientes ayudantes de campo, con drones, o sin ellos, le dio sintonía a una Institución que venía a la deriva, al entender desde su hincha el paladar propio, y darle una gran alegría luego de tantos años, y ser el Rojo de Sudamérica. Emocionado se lo vio al final, entre palabras y como podía, recordó su infancia, sus ídolos, los cuales los tenia al lado suyo como Bertoni y el Chivo Pavoni , y dijo “es como un sueño del que no quiero despertar”. No despierte Holán, viva este momento, porque nos ha enseñado a los conservadores del fútbol, a sorprendernos, a entender que la táctica no es propiedad natural del balompié. Además un Técnico tiene que formar un plantel. Y lo supo hacer eligió a un tal Erviti, que brillara en otros conjuntos y fuera campeón siempre en papeles principales. El mismo que hoy, a pesar de ser titular, jugó apenas 203 minutos de los 1080, en esta Copa, supo ocupar su lugar sin chistar, instando a los jóvenes a mejorar, estando cerca de ellos, y comprendiendo que el ser campeón se lo es desde otro lugar.

Erviti dice “No me gusta cuando no juego porque amo jugar al fútbol, pero yo no compito con los demás, sino conmigo mismo. Si compitiera con los demás querría que le vaya mal a un compañero para jugar yo. Y eso estaría mal. Lo que quiero es esforzarme para ganar un lugar”. Clase magistral de compañerismo, de entendimiento, pero no solo es mérito del propio Erviti, sino también de la elección de una persona vital, y otra vez caemos en lo mismo, Ariel Holán.

El gran estratega, el gran pensante, que cruzó todos los prejuicios, todas las barreras, y que como un chico que siempre soñó en sus noches donde se convertía en héroe, una vez lo hizo pensando en su rojo campeón, y él teniendo un papel preponderante. Su sueño se hizo realidad, por eso a los dromedarios del futbol les viene bien este pequeño cimbronazo, para entender que siempre nos puede sorprender para bien este hermoso deporte.

Salud Rojo de Sudamérica, así como el Bocha de nuestro Bar, que disfruten todos sus hinchas de un sueño hecho realidad.

Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.