La mamá de uno de los soldados muertos en Malvinas, fue invitada por Mirtha Legrand. En un momento de la conversación cuando se caía en el lugar común de castigar a los autores de esa guerra, esta madre, profundamente creyente, sin odio, sin rencores, y que había llegado de ver recién ahora la tumba de su hijo, los miró a los invitados, y sin ironía, ni pase de factura, les dijo que la gente estuvo de acuerdo (y yo agrego), con esa descabellada aventura de una guerra los ingleses.
La gente salió a las calles, a la plaza dijo la señora. Como es común en la mesa de Mirtha, siempre hay una interrupción y las frases a veces se pierden sin tener el peso que, al menos yo hubiera querido. Esta madre lejos de ponerse en víctima, o de emocionarse para las cámaras, los bajó a la tierra, cuando la realidad instalada es echarle la culpa solo a los “milicos” que quisieron tapar la crisis del país con Malvinas sin revisar nuestra conducta cómplice.
Unos días antes el 24 de Marzo se recordaba la trágica fecha en la que dió comienzo una etapa de varios años de enfrentamiento, y en la que la dictadura tuvo un papel crucial en cuanto a la represión y abuso del poder del estado. Desde esa época siempre fue muy difícil para un periodista abordar el tema desde el análisis neutral.
En mi caso, mi mayor objetivo fue, contarles a mis hijas, aunque fueran chicas y para que no sean adoctrinadas por cuanto “patriota” llevaba su discurso a las escuelas, que pasó, y quienes fueron ambos bandos que libraron esa otra guerra.
Por suerte (para algunos no), se está comenzando a hablar más de todos los temas. El acoso, la violencia de género, la discriminación, el abuso, la pedofilia, han liberado personas que denuncian temas de hace años o décadas. Falta un poco de prudencia claro, algunos tendrán asidero, otros no. Se está mezclando todo en una procesadora que ninguno de nosotros sabe con que sabor saldrá. Para graficarlo, no es lo mismo una violación sexual que un piropo. Hay que “procesarlos” diferente.
Prueba de que se está siendo más frontal que antes lo comprobé el fin de semana cuando leí en el diario La Nación una nota del periodista Jorge Fernández Díaz. En este caso, él viene hablando sin eufemismos desde hace tiempo, pero el domingo fue más a fondo sobre todo por la sensibilidad que provoca esa conmemoración del 24 de Marzo, titulando La autoamnistía que nadie se atreve a repudiar. Es fuerte no?.
Y explica esa época de una manera que comparto absolutamente. Aquí va sólo un parrafo, “En la Argentina se ha borrado la verdadera historia de los primeros e infaustos años 70, con sus abominables crímenes políticos y bajo la falsa idea de que recordarlos implicaría justificar la última dictadura. Mediante este chantaje eficaz, según el cual quienes objetan aquellas “ejecuciones revolucionarias” están a favor de “la teoría de los dos demonios” y necesariamente trabajan para los genocidas, resulta que los terroristas deben ser evocados como jóvenes inocentes, lúcidos y democráticos, y Perón debe ser despegado de la salvaje persecución de “izquierdistas” que ordenó desde el poder, de los atentados perpetrados por la Juventud Sindical que actuaba bajo su inspiración y de las organizaciones paraestatales de represión ilegal que montó su gobierno.”. Que cada vez seamos mas los políticamente incorrectos.
