Sus rostros irradian satisfacción. La de Néstor Grindetti, también. Los sueños están para cumplirse y el de la familia Ruiz Díaz pudo hacerse realidad gracias a la ayuda del Municipio. Las llaves de una nueva casa recuperada fueron entregadas por el jefe comunal en Monte Chingolo. Donde hasta hace sólo diez días funcionaba un búnker de venta de drogas, mañana será el hogar de una familia lanusense que, de esta manera, dejará atrás sus necesidades habitacionales.
La vivienda fue recuperada luego de una investigación llevada a cabo por la fiscal Mariela Bonafine que arrojó como resultado la incautación de estupefacientes y, en consecuencia, la detención de cinco personas. Tras el operativo, la Fiscalía le concedió al Municipio un poder para otorgársela a una familia sin hogar. En breve comenzarán las tareas de remodelación en todos los ambientes y la conexión servicios básicos para que los Ruiz Díaz puedan vivir allí sin pasar ningún tipo de necesidad.
Carolina, Pablo y su hija Alma se habían acercado a la Delegación municipal de Monte Chingolo a solicitar colaboración del Municipio de Lanús para poder acceder a una casa propia. “Esta vivienda les fue sacada a un grupo de narcotraficantes que les hacían mucho daño a los jóvenes del barrio. La recuperamos para los vecinos que más lo necesitan y a quienes seguiremos acompañando de aquí en adelante. Hoy es un día de bendición”, explicó el secretario de Seguridad y jefe de gabinete local, Diego Kravetz.
La incesante lucha contra el narcotráfico es una de las grandes prioridades de la gestión de Grindetti, que además tiene como objetivo convertir los bunkers de venta de droga en hogares para familias carenciadas, organizaciones no gubernamentales y dependencias sociales o municipales que brinden asistencia y contención a los vecinos del distrito.
Acompañaron a Grindetti y a Kravetz la senadora provincial Lorena Petrovich; el secretario de Desarrollo Humano, Damián Sala; el secretario de Comunicación Social, Pablo Marolla; la responsable de la Delegación Suroeste de Monte Chingolo, Gladys Espinoza; la «intendenta por un día», Priscila Luna; y el Padre Pablo, de la Iglesia Cristo Salvador, quien bendijo el lugar.