Yrigoyen – Perón y el fascismo argentino

Leía esta semana un muy buen artículo en el Diario La Nación, que hacia referencia a una obra excelente publicada recientemente por Ignacio Montes de Oca, titulado El Fascismo Argentino. Vale la pena leer este libro porque de alguna manera abre los ojos a las páginas, a veces oscuras, de nuestra historia y nos da claridad sobre los orígenes de nuestros problemas y deficiencias. También muestra cómo se ha desnaturalizado la palabra FACHO, o FASCISTA, que se endilga a los movimientos modernos empresariales o de alguna manera de cierta derecha liberal, cuando en realidad es propiedad de los principales partidos políticos argentinos. Nada más fascista que el radicalismo y por supuesto el peronismo. Vamos ubicarnos en el libro en la época que nace el Yrigoyenismo.

Esto dice Ignacio Montes de Oca. “ En los comicios de 1916, el líder de ese partido, Hipólito Yrigoyen, fue electo presidente. El triunfo trajo aparejados una nueva era política y el fin del período liberal.
Junto con el nuevo presidente llegó una nueva generación de políticos que habían abrevado en las aguas del nacionalismo. El propio Yrigoyen sinceró esa influencia al presentarse como un adversario de la influencia británica y estadounidense en la región, y reveló una poca disimulada intención de darle a la Argentina un rol más activo en los asuntos americanos. Yrigoyen también construyó un nuevo tipo de caudillismo centrado en la imagen de un dirigente que encarnaba la suma de las virtudes y cuyas decisiones no podían ser debatidas sin riesgo de ser abordado por los partidarios del oficialismo.

El caudillismo de Yrigoyen estaba inspirado en la fórmula del “líder paternalista”, heredada de los hombres fuertes provinciales argentinos de la era postindependentista.
De hecho, Yrigoyen era nieto de Leandro Antonio Alem, mano derecha del poderoso caudillo bonaerense Juan Manuel de Rosas y jefe de la temida banda de los “mazorqueros”, la policía política del gobernador.
“En el esquema político de Yrigoyen, el sistema de división de poderes debía ser reemplazado por un presidencialismo fortalecido, postura que lo llevó a ignorar el debate parlamentario y ordenar la intervención de la mayoría de las provincias que se negaban a aprobar las políticas del gobierno central.

Tan es así que el presidente Yrigoyen casi no acudió al Congreso Nacional ante los pedidos de interpelación que le fueran formulados durante sus mandatos.” Por supuesto, luego aparece la figura de Perón. Al regreso de su experiencia europea describe Ignacio Montes de Oca. ““Después de finalizar los cursos dictados por los profesores fascistas, se afincó en Italia como auxiliar militar de la embajada argentina en Roma y por el término de casi dos años se dedicó a recorrer Europa mientras el continente era conquistado por las tropas nazis y fascistas. Durante sus excursiones convivió con las tropas alemanas en la frontera rusa, recorrió la línea defensiva Kovno-Grodno —que separaba a los nazis de los soviéticos— y tuvo tiempo de asistir al desfile triunfal de las tropas de Hitler en París.
Su gira de la mano de oficiales italianos y alemanes lo llevó hasta otros países, como Hungría y la zona de los Balcanes. En cada uno de los sitios que visitó, los nazis ya practicaban la detención y masacre masiva de judíos, gitanos y otros pobladores que presentasen alguna resistencia contra los invasores.

Los biógrafos de Perón, que siempre alaban su agudeza para desentrañar la naturaleza profunda de lo que sucedía a su alrededor, suelen suspender ese superpoder al describir su viaje por el frente.
Por ejemplo, al relatar su visita a Loebtzen, aseguran que su único interés era estudiar el terreno donde se libró la batalla de Tannenberg, en 1914[…]”
“Que esa localidad estuviera siendo arrasada en el ínterin por la Gestapo en busca de judíos para deportarlos a los campos de concentración, al parecer, no originó comentario alguno de parte de Perón.

De los relatos del viaje, solo fue posible hallar una mención de Perón a una tarjeta de racionamiento usada por los judíos bajo el yugo alemán.”
“Quien facilitó las relaciones con los oficiales alemanes fue el coronel Enrique P. González, agregado militar en la embajada argentina en Berlín. González trabajó estrechamente con la Inteligencia alemana para armar el sistema de espionaje alemán en la Argentina. Además, fue uno de los cuatro fundadores del GOU (Grupo de Oficiales Unidos) junto con Perón y los coroneles Pedro Pablo Ramírez y Eduardo Ávalos.”

Excerpt From: Ignacio Montes de Oca. “El fascismo argentino.” Con estos simples párrafos uno puede entender el origen de los dos partidos politicos más importantes de la Argentina y las ideas de sus mayores lideres.

Se entiende políticamente el leyendo este párrafo, el rol de los gobiernos peronistas en los atentados a la AMIA o la Embajada de Israel, o el asesinato del fiscal Alberto Nisman. Lamentablemente, los nuevos partidos politicos, como el PRO, tiene que seguir negociando con ellos.
Sus ideas, fracasadas en el mundo, sus experiencias que condujeron al país al estado actual, nos muestran que no ha habido diferencias fundamentales, – salvo quizás en la violencia (Triple A – Campora) y la corrupción, patrimonio primario del peronismo, culminante con el gobierno de los Kirchner, – y que sus ideologías en un mundo globalizado han quedado totalmente desfasadas.

Tiene lógica que que muchos creyeran que Perón era el mejor preparado para llevar adelante las ideas Yrigoyenistas.
Cuando se discute el presupuesto nacional, como ha ocurrido en los últimos días, estos son los socios de nuestro futuro, inspirados en Yrigoyen y Peron, para mi dos personajes siniestros de la política Argentina .
Se puede ser optimista? No dejen de leer este libro fascinante.

Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.