Frustraciones

El Gobierno de Cambiemos , al que muchos votamos con la esperanza de un verdadero cambio en la Argentina, nos esta desilusionando a muchos.
Cierto es que seria imposible cambiar setenta anos de políticas fracasados, de falsos proteccionismos, de estructuras perimidas, de poderes judiciales y legislativos corruptos, en tan solo un periodo de gobierno.

Pero también es cierto que nos obliga a sentirnos desilusionados las continuas torpezas del gobierno, en cosas hasta cierto punto triviales que no deberían suceder, y que podrían ser parte del inventario de cosas bien hechas por esta administración.
Es cierto que mucho se ha hecho, por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires.

Hace tiempo que se esta trabajando en todas las areas del quehacer ciudadano, las infraestructuras han sido actualizadas, los desagües, la eliminación de pasos a nivel, la recuperación del sur de la capital, en fin innumerables obras que hacen que uno pueda decir que Buenos Aires, estructuralmente ha progresado notablemente.

Sin embargo no es solo del cemento o de los caños que se nutre la felicidad de los ciudadanos. El habitual recorrido diario de la casa al trabajo entre otras cosas hacen a las pequeñas cosas que hacen feliz a una persona, o al menos no le causan trastornos.
La política del gobierno de la ciudad de “contemporizar” con los cortes ha fracasado. Los porteños están cansados de ser prisioneros de los delincuentes que diariamente cortan las calles, qué interrumpen la vida ciudadana. Los comerciantes han perdido millones por culpa de esos cortes.

En las discusiones por el G20 algunos de estos grupos que victimizan continuamente al ciudadano de Buenos Aires reclamaban porque el cierre parcial de zonas de la ciudad, violaban el derecho al libre transito. No entra en la mente humana tanta hipocresía.
Es increíble que autoridades elegidas por el pueblo, con absoluta representatividad y poder de policía, se sienten a negociar con malandros corruptos, inmorales y carente de la menor autoridad moral y ética. Otra prueba es la negociación contra UBER en clara connivencia con los corruptos sindicatos del transporte y en contra del progreso y el bienestar general del ciudadano.

Ahora no solo los ciudadanos de Buenos Aires están frustrados, las ineptitudes han trascendido el ámbito local para ser global. El fracaso de la final entre River y Boca es lamentable.

El Jefe de Gobierno ha hecho declaraciones sobre los barra brava y los hechos que obligaron a suspender el partido de River y Boca. El mismo pisaba su propio pie, al decir que era ingenuo pensar que esto no estaba ligado con la detención de barras bravas de River el día anterior. Si esto era así, tanto el gobierno de la ciudad como el club organizador deberían estar esperando la reacción, la revancha.

Es ingenuidad o irresponsabilidad no tomar precauciones adicionales ante tal eventualidad?
Los dirigentes de la ciudad y de los clubes de futbol fracasaron estrepitosamente en el esquema de prevención, mas aun conociendo detalles de los problemas que se podían presentar.
El Gobierno de la Ciudad sabe de las barras brava hace mucho tiempo, no es nada nuevo y aun hoy, después de años de gobierno no se puede organizar un partido de futbol.
Seria plausible reconocer la torpeza en el diseño y prevención de la seguridad del evento, y hacer renunciar a los responsables.

Las responsabilidades deben asumirse y se debe actuar de acuerdo.
No acepto la excusa de organización de los juegos juveniles, y otros eventos.. en esto no hay eficiencia parcial, en esto hay que ser casi perfectos. Una cosa no quita la otra.

Por ultimo, los dirigentes del fútbol, todos sin excepción, son cómplices de la situación. Siguen manejando la corrupción de las barras bravas, siguen dándoles entradas, siguen siendo usados para el financiamiento de la política, etc. Vergonzoso. Con el Boca River en lugar de ganarse un lugar en la vitrina de las copas, el fútbol argentino se fue al descenso, y la administración de seguridad le hizo el gol en contra.

Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.