Cómo combatir la falta de profesionalismo

Por Daniel Colombo. Ser un profesional no garantiza tener profesionalismo. De hecho, todos vivimos situaciones con personas que tienen sus títulos y trayectoria, y que distan mucho de comportarse como profesionales.
Entonces, ¿qué es tener profesionalismo en el trabajo? Se trata de la cualidad de la excelencia aplicada al desarrollo de determinada actividad, donde se destacan los valores, la responsabilidad sobre el proceso y el resultado, el compromiso puesto en la tarea y la calidad superior en todo momento.
En mi percepción, tener profesionalismo está directamente ligado con la ética del trabajo, es decir, el conjunto de valores, cualidades distintivas y aportes positivos de excelencia que hace una persona, aplicando sus conocimientos en pos de lograr un resultado superador.

Falta de profesionalismo
Abundan los casos donde, por más que alguien se diga llamar “profesional” quizás hace agua, y su falta de profesionalismo dista mucho de ser tolerable. Algunos ejemplos concretos: impuntualidad, incumplimiento en plazos y tareas (prometer y no cumplir), desconocimiento técnico de la tarea, falta de empatía en la relación con los demás, búsqueda de polémica y discusión permanente, chismes, faltas de ortografía; errores gramaticales groseros, no saber reportar resultados, hacer el mínimo esfuerzo, dedicarse a criticar a los demás, mezclar relaciones amorosas con el trabajo, no asumir los compromisos, falta de responsabilidad, brindar una mala atención, generar más problemas que soluciones y tener trato, presencia y formas que no están acordes con sus responsabilidades.

Las ventajas de tener profesionalismo
Una persona que es reconocida con profesionalismo en su ámbito va construyendo su prestigio y reputación positiva. Esto se logra en el tiempo, lleva años y se basa en pequeños “profesionalismos” cotidianos que, sumados, dan un resultado de excelencia y calidad reconocible. Te transformas en una persona confiable, un espejo que refleja algunos aspectos que otros quisieran emular; y, también, desarrollas un sentido de orgullo interno que hace aumentar tu autoestima y autovaloración, ya que el que tiene profesionalismo sabe que está haciendo, siempre y bajo toda circunstancia, todo lo humanamente posible en el máximo nivel de excelencia.
Incluso en sus puntos débiles (que los tienen), los que son reconocidos por esta cualidad se corrigen, aprenden, estudian, piden feedback, mejoran permanentemente. Esto es, también, lo que los distingue de los demás.
Cómo afrontar la falta de profesionalismo
Algunas ideas para encarar el tema:
1- Fomentar la meritocracia
Se trata de diseñar la estrategia de gestión humana y del talento en las organizaciones -sin importar el tamaño- donde el que más se esfuerza en términos de calidad, cumplimiento y profesionalismo accede a mejores oportunidades. Es una política que necesita ser sostenida en los años para ver los resultados.

2-Dar oportunidades de capacitación
Si bien un profesional viene con una serie de conocimientos o experiencia en su materia, para combatir la falta de profesionalismo es necesario seguir capacitando permanentemente, no sólo en temas duros y técnicos, sino en habilidades blandas. Este proceso de sensibilización traerá como resultado que se pueda visualizar más claramente si la persona tiene aptitudes para empezar a tener profesionalismo, o, pasados varios meses, se evaluará que no lo logrará por distintos motivos.

3-Poner plazos límite para los poco profesionales
Cuando las situaciones de falta de profesionalismo se repiten y se han convertido en un problema para la empresa, es necesario mantener evaluaciones frecuentes respecto al desempeño, dar y recibir feedback de calidad, y establecer indicadores de menor a mayor para invitar y desafiar a la persona a moverse hacia algo superador.

4-Establecer un código de ética en la práctica profesional en la empresa
También sugiero que cada empresa establezca claramente un código de ética profesional que contemple los aspectos básicos del nivel que se exige para el desenvolvimiento de las tareas. Aquí lo relevante es saber que, así como se le exigirá a los empleados, los directivos, socios, accionistas y demás integrantes también necesitan adherir, firmándolo y que quede constancia y archivo de su legitimación.

5-Estimular el compartir conocimiento y mentoreo
Una estrategia que aplico en muchas organizaciones donde trabajo como coach empresarial y ejecutivo es la de establecer programas y políticas permanentes para socializar el conocimiento que adquieren los trabajadores. A su vez, personas con experiencia en cierto ámbito pueden transferirla a otros (incluso a los que se detecten como faltos de profesionalismo), para estimularlos e invitarlos a elevar la vara.

6-Incorporar a los poco profesionales en proyectos que los desafíen, para medir su rendimiento y compromiso.
Para poder evaluar el desempeño de aquellos colaboradores faltos de profesionalismo, es posible involucrarlos en proyectos especiales y dejar a cargo a ellos mismos para que lo lideren. Aquí la norma estará muy clara respecto a qué sucede si no se alcanzan los objetivos; de qué forma se van a estimular entre ellos y cómo se supervisará ese proceso. Es una forma de medir el rendimiento, compromiso y calidad profesional, para visualizar en forma tangible qué podemos esperar de ellos. En definitiva, del resultado final dependerán las decisiones a tomar a futuro.

Daniel Colombo
Facilitador y Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 29 libros.
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Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.