Cuarentena Futbolera. Por Gerardo Lemmi

Un aire distinto tiene para Cacho dueño de nuestro bar futbolero. Y  no es precisamente por la brisa que cruzando su rostro hace más agradable esta mañana luminosa todavía con temperatura de verano.

Piensa con cierta nostalgia en su bar, en los muchachos que cada lunes hacen de ese sitio algo especial, hablando de la fecha y gastándose unos a otros, con sus carcajadas y en sus enojos pasajeros. Él es un “duro”, no pone los sentimientos a flor de piel, los disimula.  Pero lo emociona pensar el primer día que se encuentre con los muchachos, con el pizzero y el kiosquero.  Solo le queda el wapp que apenas lo maneja y no le gusta, porque es un duro también en tecnología, allí se comunica con todos, pero claro no es lo mismo. Él le gusta el cara a cara.

Mientras piensa en estas cosas mira la calle.  El barrio esta vacío desde el balcón de su departamento no ve a nadie, ni autos, apenas un par de taxis vacíos, y la geografía extraña de este lunes solitario, lo hace pensar en los cambios que traerá esta pandemia.

Piensa en su bar, que hare, se preguntaba, pensaba en los vencimientos de impuestos, en los retrasos de pagos.  Como hacer para pagar y para cumplir, Cacho es de esa especie que paga todo y que no quiere problemas.

Pensaba en el futuro también de la propia gente que entrara a su bar.  Los primeros tiempos no serían igual. Hasta  lo que se acostumbraba. El “tomamos un café” y te veo, hasta eso pensaba que iba a cambiar, y hasta vislumbra menos gente.  Es que ya no será lo mismo, hasta los muchachos tendrán el miedo post pandemia, de contagiarse.  Cuando vean alguien estornudar o toser, será la hecatombe, no dejaba de sonreír socarronamente acerca de las escenas futuras que imaginaba, y sobre todo del Gordo Tucho que es un hipocondriaco declarado.

Mientras mira y mira noticieros, se sigue preocupando, todo vacío, hasta Nueva York, lo está.

El que es, un asiduo lector y siempre está informado a través de la radio y los noticieros, su casa de hecho parece una agencia de noticias, se entera indignado que parece que van a suspender los descensos en el futbol, y que además parece que van a ser 26 equipos. Eso fue un tema explosivo en el chat, Muzza el del globo, pensaba que estaba bien sin embargo Lucho y el Colo lo sacaron “escarpiendo” como le gusta decir a Cacho.

Se imaginan sin descensos?  Se imaginan con 26 equipos?

Otra vez lo mismo, hace un tiempo era 30 equipos, de nuevo con lo mismo?

Sin embargo, en esta pandemia, lo que menos le preocupa aunque es un apasionado es el futbol.

Que será del futuro, que cosas son las perduraran y que cosas cambiaran.

La gente será más solitaria?  Nos saludaremos como antes, nos abrazaremos.

En el cuarto día de cuarentena Cacho piensa en esas cosas, tiene esas preocupaciones.  Dentro de su casa la Doña, lo llama a tomar unos mates y él le dice un “ya voy”, que esta cuarentena lo está matando, como a muchos.

Esta cuarentena futbolera como le gusta decir a este apasionado del balompié lo está matando, pero lo que más le preocupa es lo que vendrá.  Es que todo va a cambiar, hasta las pequeñas costumbres, se imagina con lavandina y desinfectantes todo el tiempo lavando las tazas de café o los vasos, los pisos y todo lo que pase por allí.

El mundo será distinto piensa Cacho, y se pone entre melancólico y apesadumbrado por esa situación, y cuando pintaba más el bajón, escucho de fondo el grito de la Doña “dale Cacho ven a tomar mate, déjate de pensarrr”.  La Doña es la única que lo conoce como es, un eterno melancólico disfrazado de duro y que piensa que ya todo no será igual.

Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.