Impuesto a la riqueza: La historia argentina de los impuestos que nacieron como “excepcionales” y siguieron para siempre

La Argentina tiene una larga historia de sancionar nuevos aranceles de forma eventual que después ningún gobierno quita. Varios impuestos se habían implementado "por única vez".

El aporte solidario y extraordinario de las grandes fortunas, conocido como el “impuesto a la riqueza”, generó un fuerte debate en torno a si se trata de un “aporte extraordinario” tal como indica el oficialismo o pasará como ya sucedió con varios aranceles que nacen en momentos de crisis económica y después ningún gobierno decide quitarlos.

El proyecto, impulsado por el jefe de la bancada en diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, apunta a gravar a las personas con patrimonios, en el país y en el exterior, superiores a $ 200 millones, con una tasa progresiva que va de 2% al 3,5%.

Si bien en el mismo texto del proyecto de ley se indica que es un “aporte excepcional”, crecen las dudas entre la oposición y el sector empresario sobre una posible continuidad de este gravamen. Los argumentos se basan en que, en varias oportunidades, en la Argentina se crearon impuestos que revestían el mismo carácter y, sin embargo, perduran hasta el día de hoy como:

La Dictadura militar sancionó “por única vez”, en 1977, el impuesto a los ingresos brutos. Puesto en ejecución de inmediato en todas las provincias, en el marco de un profundo cambio del esquema tributario nacional y provincial iniciado en 1974 con el reemplazo de Réditos por Ganancias. Pese al rechazo generalizado hacia el impuesto y a los intentos durante los últimos 25 años de eliminarlo, los aportes adquirieron una relevancia fundamental en la recaudación y continúa vigente.

En 1991, como una de las medidas adoptadas por el entonces gobierno de Carlos Menem para salir de la hiperinflación, anunciaron la implementación del impuesto a los bienes personales.

Se trata del gravamen que se aplica sobre los bienes, situados en el país y, según el caso, en el exterior, que posean los ciudadanos en su patrimonio al 31 de Diciembre de cada año.

A raíz de la incipiente crisis económica de 2001, propusieron el impuesto al cheque, como una recaudación “provisoria”. Su nombre correcto es Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, y se aplica sobre todas las operaciones de acreditación o débito que haya en una cuenta bancaria, personal o de empresa. Ante un movimiento bancario, el sistema cobra el 0,6% por depósitos y otro 0,6% por el cobro o retiro del monto. Si bien tenía como fecha de finalización el 31 de Diciembre de 2002 ya cumplió 19 años.

En el año 2002, debido a la emergencia y una de las crisis más profundas de la historia, se instalaron las retenciones a las exportaciones. Con la sanción del decreto 310/02 en Febrero, se justificó su aplicación en la “grave situación por la que atraviesan las finanzas públicas” y en la necesidad de “atenuar el efecto de las modificaciones cambiarias sobre los precios internos”.

Inicialmente, las alícuotas fueron del 10% para trigo y maíz y del 13,5% para soja y girasol (los productos procesados pagaban solo 5%). A partir de Abril de ese año los porcentajes subieron a 20% en cereales y 23,5% en oleaginosas, respectivamente, mientras que harinas y aceites de soja y girasol comenzaron a tributar un 20%. Cuestionadas, con modificaciones con el paso de los años no se eliminaron.

El impuesto a las ganancias tuvo su origen como una medida “excepcional” tras la “gran depresión”, en 1932. El gobierno de facto de José Félix Uriburu lo creó como el “impuesto al rédito” para paliar el déficit fiscal, pero durante décadas, solo afectó a ciertos bienes, empresas y a determinadas inversiones. En 1973, el gobierno de Juan Domingo. Perón estableció la “cuarta categoría” y lo extendió a los trabajadores.

En 1999, durante la presidencia de Fernando De la Rúa, el ministro José Luis Machinea creó la famosa “tablita” que, inflación mediante, se llevó hasta el 35% de los ingresos de los asalariados. Si bien muchos gobiernos prometieron que iban a eliminarlo, al menos para los trabajadores, como fue el caso de Mauricio Macri, al llegar a la presidencia, no solo no ocurrió, sino que hacia 2019 el universo de contribuyentes alcanzados se duplicó.

El solidario Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), que retiene el 30% a la compra de dólares se creó en Diciembre de 2019. No solo continúa vigente el gravamen implementado por la cartera que dirige Martín Guzmán, sino que también para la adquisición de divisas se agregó una retención del 35% a cuenta de ganancias.(TN)

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Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.