Este juego de tronos dentro del PJ no tiene precedentes. Ni siquiera Néstor y Cristina Kirchner cuando dominaban el escenario político del país habían sido ungidos en la presidencia del PJ (excepto por un pequeño interinato de Néstor en 2008-2009). De hecho, desde la década del 90 se había tratado de mantener en manos de importantes figuras peronistas del interior.
A pesar de su forma centralista de gobernar, el PJ mantiene una fuerte imagen de federalismo y a propósito nunca tuvo un porteño al frente del partido. La asunción de Alberto Fernández sería la primera vez que un Presidente de la Nación lidera el partido peronista desde Menem en 1999, y la primera vez que un porteño lo hace.Al mismo tiempo, la decisión de poner a Máximo Kirchner al frente del PJ Bonaerense confirma el rumor de que Cristina está presionando para que su hijo sea el próximo candidato a Presidente por el peronismo; si no es en 2023, seguro en 2027.
Alberto Fernández, preocupado que la nominación del hijo de la Vicepresidente genere discordia dentro del peronismo, le pidió la semana pasado a su ministro de Interior Wado de Pedro que interceda para calmar la situación.
Según le confirmaron desde el gobierno al medio Infobae, De Pedro lo llamó a Gray, actual vicepresidente del PJ Bonaerense, para contarle el plan de acción y anticiparle que había consenso «en la Casa Rosada» para que Máximo Kirchner asuma la conducción del partido.
Ante la negativa de que Gray se pueda quedar como vice de Máximo, el intendente de Esteban Echeverría le habría cortado el teléfono a De Pedro, y luego dijo en su círculo íntimo que La Cámpora quiere adueñarse del PJ.
Por su parte, Menéndez, quien actualmente ocupa la presidencia del PJ Bonaerense, también habría tratado de negociar una vicepresidencia debajo de Máximo, pero, esta vez en un llamado con el ministro Katopodis, le habrían informado que eso no es posible. Aparentemente, el diputado Kirchner tiene en su cabeza una persona en particular pensada para la vicepresidencia del partido.
Otra preocupación surge por el lado de Sergio Massa, quien si bien no tiene ninguna aspiración de llegar a la presidencia del PJ, sabe que si Máximo llega a ese puesto tendrá control absoluto de las listas que se presenten en las legislativas de 2021. El actual Presidente de la Cámara de Diputados siente que tiene demasiados pocos diputados que respondan directamente a él, y todo indica que luchará ferozmente para lograr más legisladores del Frente Renovador en las listas del kirchnerismo.
Máximo Kirchner quiere llegar a la presidencia con consenso y sin elecciones internas. Por ahora tiene el respaldo de su madre, del Presidente, y del bloque de intendentes «más kirchneristas» como Martín Insaurralde, lo cual es suficiente para asegurarle su nominación. Sin embargo, si su objetivo final es ser candidato a Presidente de la Nación, deberá construir por fuera de su círculo íntimo de militantes ultra-K.
Los «barones del conurbano» más leales al peronismo de bandera temen que la presidencia de Máximo termine de sepultar al peronismo clásico y convierta definitivamente al PJ en el Partido Kirchnerista.
fuente derechadiario.com.ar
