Una reciente filtración de un interno de la compañía que se contactó con la psicóloga y activista Karlyn Borysenko, muestra que la empresa lanzó una serie de cursos solamente destinados a sus empleados blancos, exigiéndoles que sean «menos blancos» en su trato con los demás empleados, igualando «ser blanco» con «ser racista».
Borysenko difundió en Twitter imágenes que le envió un trabajador de Coca-Cola indignado con el curso obligatorio que debía aprobar. La actividad lleva de nombre «Confrontando el racismo, con Robin DiAngelo» y fue impartida a través de la plataforma LinkedIn Learning.
«Ser menos blanco es ser menos opresor, menos arrogante, menos seguro, menos defensivo, menos ignorante, más humilde, aprender a escuchar, creer, romper con la apatía y terminar con la solidaridad blanca«, lee la primer diapositiva del racista curso de Coca-Cola.
«En EE.UU. y otras naciones Occidentales la gente blanca se sociabiliza y siente que son inherentemente superiores porque son blancos. Investigaciones demuestran que a la edad de 3 o 4 años, los niños ya entienden que es mejor ser blanco«, continúa el adoctrinamiento progresista.
Al minuto 6:15, cerca del final, el video muestra una diapositiva que dice en grande como moraleja de la enseñanza: «Traten de ser menos blancos«.
DiAngelo es una famosa Doctora en «Educación Multicultural» por la Universidad de Washington en Seattle. En la institución da clases, y en sus cursos promueve la «justicia racial», re-explica la historia de los Estados Unidos desde un punto de vista que no sobrevive un análisis objetivo de los hechos, e impulsa la Teoría Critica de la Raza, una ideología de supremacismo negro.
Además de enseñar, da cursos a empresas. Según su página, cobra hasta 30.000 dólares por una clase de 90 minutos, 35.000 por un seminario de dos horas y 40.000 por un evento de media jornada.El ex congresista republicano de Virginia, Scott Taylor, instó en redes a los empleados de Coca-Cola a presentar una demanda colectiva contra la empresa y enviar una pedido al Departamento de Justicia de los EE.UU. a investigar esa posible discriminación, que desde 1964 es considerado un delito federal en el país.
