Mirta Ponzone es la actual titular del Instituto de Capacitación Municipal (ICAM) y se autodenomina «aprendiz de por vida», porque considera que esa característica la llevará a transformar cada organización en la que se encuentre. En esta entrevista, Ponzone habla de la importancia de la capacitación, el fortalecimiento emocional y de su propio camino en los procesos de formación.
Desde 2015, Mirta Ponzone está al frente del Instituto de Capacitación Municipal, un espacio pensado y creado para que trabajadores y trabajadoras del Municipio de Lanús reciban formación para mejorar la calidad de la gestión, pero sobre todo para que cada persona pueda fortalecerse emocional y profesionalmente. Para lograr estos fines, Ponzone parte de sus experiencias personales y del hecho de haberse declarado en constante aprendizaje, filosofía que transmite a quienes pasan por el ICAM que, en muchos casos vuelven para realizar más de un curso.
Con el foco puesto en el bienestar de las personas y con una sensibilidad que la lleva a celebrar que hoy las organizaciones pongan los valores humanos de fortalecimiento emocional en el centro de la cuestión, nuestra Mujer Creadora del día de hoy podría definirse como sinónimo de motivación.
Estás abocada a la tarea de alentar a las personas a que apuesten por una mayor formación, ¿cómo viviste tu propio proceso de formación?
A mi proceso de formación lo viví con pasión por el bienestar de las personas en los espacios laborales desde mi propio mal estar. Me formé a través del tiempo en la rama de las ciencias humanas, estudiando desde Licenciatura en Gestión Educativa hasta las nuevas disciplinas aplicadas al management, en estos espacios es donde tomé consciencia de que las recetas que escuchaba y aprendía de los grandes consultores, que luego impartía en los talleres de formación continua dentro de la organización, no me daban el resultado esperado, nada cambiaba, algo faltaba. En los años 90 en un congreso, descubrí (cambié la mirada, escuché) novedades del mundo organizacional, se empezaba hablar del cambio, de la frase “La gente no se resiste al cambio, se resiste a ser cambiada”, de Peter Senge . La organización es un sistema, donde la clave es la transformación por la experiencia transformadora de la vida. Las personas aparecen en el centro de la organización como un sistema basado en el qué hacen y cómo hacen desde la coordinación de acciones y donde aparece este hacer y coordinación en las conversaciones que mantienen para hacer que las cosas tomen forma, y aparezcan en el mundo. Tomé contacto a fines de los años 90 con el Coaching, Comunicación efectiva, Programación Neuro lingüística, Liderazgo y demás disciplinas de las ciencias humanas, filosofía del lenguaje, psicología constructivista, sociología, antropología, logoterapia, neurociencias y ontología del lenguaje. En este espacio formé mi pasión para mi propio espacio formativo, declarándome aprendiz de por vida para transformar las organizaciones donde me toque habitar, en un espacio humano y habitable, porque este es el espacio donde pasamos la mayor parte de nuestro día y de nuestra vida. En estos momentos todo mi desarrollo formativo está abocado a la educación de hoy para los individuos del mundo de mañana. La crisis humanitaria que nos atraviesa mundialmente nos generó dolor y miedo y tuvo su impacto en todos los seres humanos sin importar sus edades, es decir, causó heridas en todas las generaciones, desde la generación T hasta los tradicionalistas. El acompañamiento emocional a los alumnos, maestros, padres, a todo el sistema escolar para poder sanar, es fundamental en este momento de tanta incertidumbre. Esta pandemia fue un Cisne Negro no la vimos venir. Por supuesto hoy todos nuestros programas de formación, se dictan vÍa on line, donde formamos a nuestros docentes para estar a la altura de estos desafíos.
¿Qué te llevó a elegir el camino de orientar a otras personas para mejorar sus capacidades y aptitudes?
Fue a través de la experiencia de trabajar en las organizaciones, en mi formación orientada a las personas y los resultados, empecé a desarrollar programas de transformación personal, saber ser o competencias actitudinales, que impactaban en el saber hacer, competencias aptitudinales. Estos programas, ayudaron a los participantes a mejorar las comunicaciones, las relaciones personales, a tener menos ausentismo y menor rotación de los empleados. La eficiencia y la efectividad en las tareas, mostraban indicadores de mejora continua, que se manifestaban en la agilidad de los procesos o tareas de las personas, por cumplir con los objetivos.
Hoy sos, no solo quien lleva adelante el ICAM, sino que además formaste parte del equipo que dio vida al proyecto que contribuye a la formación de los trabajadores del Municipio, ¿cuáles eran tus expectativas en ese momento?
Cuando asumió nuestro intendente Nestor Grindetti, dejó en claro que la capacitación fue, es y será su norte y a través de su liderazgo empezamos a definir la visión de armar el Instituto de Capacitación para los agentes Municipales, esta fue mi misión. Como dije antes, la coordinación de acciones para llevar adelante un sueño, idea condimentado con compromiso, entusiasmo y acciones, te lleva a alcanzar resultados y no bajar los brazos. Recorría cada uno de los lugares del municipio, corralón, vivero, cultura, deportes, parques, salas, hospital, tribunal etc. , centralizado y descentralizado, contando que comenzaba a tomar forma el Instituto de Capacitación Municipal (ICAM), pidiendo y construyendo confianza, respetando y contando lo que era posible, ahora y lo que nos iba a llevar más tiempo, como la puesta en marcha de la carrera administrativa. Como declaraba nuestro intendente Nestor Grindetti, la capacitación es un derecho de todos los empleados del municipio. Así nació en el mes Abril del 2016 nuestro instituto (ICAM), siendo el primer municipio en brindar este espacio de capacitación.
Ya con una experiencia y un trabajo consolidado en Lanús, ¿qué aspectos considerás que cambiaron en la vida de quienes pasaron por los cursos y talleres del ICAM, ya sea desde lo personal como desde lo laboral?
El aprendizaje es la posibilidad de ver el mundo con ojos nuevos, tiene un alto impacto en la inteligencia emocional de las personas, quiero decir que desarrolla nuestra autoestima, autogestión, autoconocimiento, autocontrol y empatía, y son estas habilidades sociales las que nos permiten desarrollar nuestras tareas, con mayor felicidad.- Ampliando este concepto y con la experiencia de casi 27.000 alumnos capacitados, a través de las distintas áreas temáticas como Procedimientos y Procesos, Nuevas Tecnologias, Idiomas, Fines, Diplomaturas, Actitudinales, Salud, Pausas Activas, etc, el ICAM ya tiene identidad propia y la crearon sus participantes, los empleados con sus ganas y motivación por aprender y todo el equipo del ICAM, que se fue transformado en un equipo sólido y al servicio de nuestros compañeros y colaboradores laborales. Esto impactó en desarrollar nuevas competencias para transformar la identidad pública de empleados municipales a Servidores Públicos con vocación por el servicio. Este es un gran cambio cultural. También se prepararon para el desarrollo de toda la parte tecnológica de la digitalización de los procesos, esto también trajo agilización de las tareas y la capacidad de respuesta que impactó en la gestión eficiente hacia nuestros vecinos. Creo que todo esto le cambió la vida por ejemplo a nuestros colaboradores que terminaron la secundaria junto con sus hijos, también a quienes tuvieron su primer título de Diplomatura avalado por la Universidad Kennedy con examen en la universidad. Creían que no podían y lo lograron. Pasaron muchos momentos lindos y a veces no tan lindos en estos años, pero seguimos creciendo y en este año seguimos expandiéndonos para llevar nuestra experiencia a otros municipios, además de a familiares y jubilados municipales. Tuvimos familiares de nuestros compañeros que terminaron la primaria, eso fue muy emocionante, sus familias llegando felices a ver un gran momento por el cual esperaron muchos años, los nietos entregando los diplomas. Acá muchas personas aprendieron idiomas, herramientas para el desarrollo personal, aprendieron a acompañar a personas a atravesar momentos de enfermedad a través de herramientas de contención.
Más allá de los cursos y talleres orientados a oficios o a herramientas útiles para la administración pública, el ICAM ofrece asignaturas vinculadas al fortalecimiento emocional ¿Qué nivel de importancia considerás que tiene, dar ese paso? ¿Creés que hoy se le da al tema el lugar que merece?
El fortalecimiento emocional es la clave del bien estar y del buen vivir, es organizacional este paso, es un gran paso. En la administración Municipal hablar de capacitación, de Carrera Administrativa, de Ley Micaela, del cupo trans, estos es transformar los espacios laborales en espacios ecológicos- humanos. Faltan por supuesto algunas cosas recién estamos empezando hablar. Mi interpretación es que sí, ¡por fin los valores humanos del fortalecimiento emocional están en el centro nuestras conversaciones organizacionales!
Necesitamos educar en todos los niveles en valores humanos y ecológicos.
¿Cuáles son esas experiencias que viveste con quienes pasaron por el ICAM y que te hicieron sentir reconfortaron?
Las situaciones que más me reconfortaron fueron muchas. Los que terminaron la primaria y el secundario con sus historias de vida, con sus dolores, con sus dificultades y hoy están haciendo una tecnicatura, ver a vecinos que renovaban sus licencias de conducir y los preparamos para el examen on line, con el manejo de la tecnología, que decían que no podían y lo hicieron, los acompañamos en su aprendizaje. También me reconforta ver a nuestros compañeros que ya pasaron por los primeros concursos, que hoy ya son jefes de departamento. Hay tantas historias que es imposible contar y enumerar. Enseñar me reconforta. Hablar con la gente y motivarlos para que crean en ellos, saca lo mejor de mí, trabajar con otros y para otros, mostrarles que si tienen ganas es posible desarrollarse y sobre todo como siempre les digo “estamos bien preparados para un mundo que ya dejó de existir”. Por eso aprender a aprender es el mejor remedio para cualquier dolor, y al ser adultos lo hacemos por y para nosotros. No es una obligación, nadie nos manda, lo hacemos con alegría y disfrute por el camino de aprender.
