Las manos de Judy Burton temblaron mientras miraba lo que había sido su departamento en el tercer piso. Podía ver su ropa todavía colgando en el armario, a través de las paredes destrozadas del edificio.
Al otro lado de la calle, su iglesia estaba tapiada. A pocas cuadras de distancia, la aguja fue arrancada del gran palacio de justicia de la ciudad, su techo se derrumbó. El restaurante donde los vecinos se reunían para almorzar también estaba perdido entre los escombros.
Juntó las manos y trató de acallar su temblor. Burton y su perro habían escapado por poco cuando un tornado azotó su ciudad, el mismo fue parte de un brote de tornados en el Medio Oeste y el Sur .
Ahora, estaba de pie entre el ruido de la maquinaria pesada limpiando los escombros de varios negocios y hogares de Mayfield, con una población de 10,000.
«Se fue. Es terrible, simplemente terrible, estoy temblando ”, dijo. «Me tomará un tiempo calmar mis nervios».
Burton no puede imaginarse una sola familia que no esté de luto . Es el tipo de ciudad donde todos están conectados con todos los demás. Mayfield fue una de las más afectadas por la inusual racha de tornados de mediados de diciembre.
Algunas calles están llenas de árboles rotos, ropa, trozos de aislamiento y adornos navideños volados. La estación de bomberos no funciona, la mayoría de los coches de policía están destruidos.
Al menos ocho personas que trabajaban en una fábrica de velas de Mayfield murieron y ocho más están desaparecidas.
Todavía no está claro cuántos otros murieron en Mayfield. El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, temía que hubiera más de 100 muertos en todo el estado , pero el pasado domingo por la tarde redujo esa estimación a 50, contabilizando muchos en la fábrica de velas.
