La vida es movimiento: María Fux cumplió 100 años de amor a la danza y a la vida

Es pionera de la danza moderna en Argentina, coreógrafa, danzaterapeuta y maestra de artistas. Creó un método que le permite recuperar el movimiento a todo tipo de cuerpos.

La vida es movimiento. María Fux acaba de cumplir 100 años y no ha dejado de bailar desde que tenía 5. En los cumpleaños prefería bailar a comer torta. A los 13 comenzó a tomar clases de danza clásica con la bailarina rusa Ekatherina de Galantha.

Tenía 15 años cuando leyó Mi vida, la autobiografía de Isadora Duncan, y esa lectura le inspiró la búsqueda de una forma de comunicación no verbal a través del cuerpo.

Así fue que desarrolló un método que llamó Danzaterapia, que hoy se utiliza en varios países para capacitar a fisioterapeutas, fonoaudiólogos, médicos, psicoterapeutas… en general docentes que trabajan con distintas capacidades, con alumnos sordos, con síndrome de Down, espásticos, ancianos y ciegos.

La vida es movimiento: María Fux cumplió 100 años de amor a la danza y a la vida

En 1953, cuando tenía 31 años, consiguió una beca para tomar clases en la escuela de la célebre bailarina Martha Graham en Nueva York. Vivía modestamente para poder mantenerse, hasta que un día, al salir de una clase, quedó a solas en el ascensor con la gran Martha Graham, una figura inalcanzable.

María le suplicó que la viera bailar; ella miró su reloj y le concedió media hora al día siguiente. Bailó y la maestra le pidió más y más hasta que por fin, después de una hora, Martha Graham le dijo: “Eres una artista. No busques maestros fuera de ti. No tengas miedo de hacer danzas teatrales, eres actriz. Vuelve a la Argentina y no esperes nada de maestros. Tu maestro es la vida”.

Así comenzó una carrera que incluyó contactos con escritores y artistas destacados, algunos surrealistas, y de hecho fue enriqueciendo su lenguaje artístico. Perfeccionó su método y dio clases que potenciaban las más diversas realidades corporales, logró movimientos en quienes estaban quietos y le dio un nuevo sentido al silencio.

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Escribió libros y recorrió el país bailando en ciudades grandes y pueblos pequeños. Dirigió el departamento de danza de la Universidad de Buenos Aires hasta la Noche de los Bastones Largos. Por sus ideas de izquierda figuró en las listas negras de la última dictadura, pero nunca dejó de bailar Mercedes Sosa o los poemas de Pablo Neruda.

Tenía casi 60 años cuando participó en las dos primeras ediciones de Danza Abierta, los ciclos que desafiaron el estado de sitio y las prohibiciones en 1981 y 1982.

Su música preferida para bailar ha sido siempre Astor Piazzolla y Eric Satie. Fue maestra de actores como Norman Briski y Marilú Marini. Formó parte del documental de León Gieco Una gira diferente y recibió una cantidad incalculable de premios y galardones. Por supuesto fue declarada Ciudadana Ilustre por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Para su cumpleaños número 100 se organizó una danza colectiva en la calle frente a su estudio para homenajearla. Son 100 años de amor a la danza y a la vida.(TN)

LA

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Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.