Cómo opera la nueva generación narco en Argentina. La década de los ‘80 estuvo marcada por el inicio del narcotráfico y también en la Argentina los capos empezaban a dar sus primeros pasos sutiles, casi imperceptibles. Pero cerca de los ‘90, la caída de una avioneta que se estrelló en San Antonio de Los Cobres con 200 kg de cocaína cambió el paradigma. Fue solo el comienzo. Tres décadas más tarde, los hijos de los jefes reclaman el poder con un estilo renovado y violento.
En las últimas semanas, sonaron con fuerza los nombres de Iván Villalba, el hijo del histórico “Mameluco” y el de Luciano “Lucho” Cantero, hijo del mítico Claudio “Pájaro” Cantero, pero hay más. Son los herederos del negocio narco que se afianzan en diferentes zonas del país, se nutren de la experiencia de sus padres (la mayoría encarcelados) y aprendieron de sus errores.
En primer lugar, se comunican a través de Telegram o WhatsApp para evitar ser escuchados en caso que sus teléfonos sean intervenidos. Pero también entablan conversaciones a través de juegos en línea. “Son más estrategas, más pensantes y saben blanquear mejor la plata y crear empresas fantasma”, dicen los investigadores
También invierten en criptomonedas. El activo digital no tiene controles formales, por lo que es utilizado también como medio de pago. Es el caso, al menos, de los sucesores de los clanes Motok, Castedo y Rojas, que operan en el norte argentino.
Estas características no los hace menos violentos: contratan adolescentes para actuar como soldados armados, poseen sicarios, despliegan atentados y extorsiones a balazos. Ofrecen un estilo de vida al límite que suma cada vez más adeptos en barrios vulnerables del país, sobre todo en Rosario, donde los líderes de las organizaciones hacen gala de su poder de fuego, joyas y bienes en redes sociales.
La escena también se repite en la Ciudad de Buenos Aires donde los hijos de Raúl Martín “Dumbo” Maylli Rivera, en Villa Lugano y el de César Humberto Morán de La Cruz, alias “El Loco” César, en el barrio 31, ya dejaron su impronta. No es el caso de Marco Antonio Estrada González que, mantuvo lejos del negocio a sus hijos. No es el caso de su hermano Pity.
Pero lo más inquietante de los narco herederos es que estarían probando con fentanilo y sus derivados con el fin de obtener una cocaína más potente y, por lo tanto, más costosa. Fuentes vinculadas al terreno, hablan de inexpertos cocineros detrás de la maniobra: aún no logran dosificarla correctamente.
En 2019, el Gobierno emitió un alerta en los aeropuertos por la entrada ilegal de la sustancia al país. La alarma tenía asidero, en la actualidad, el fentanilo es considerado “la droga de la nueva generación”, aunque no es el único opioide en danza.
Según un informante en zona de frontera, desde Bolivia, narcos mexicanos -especialistas en la materia- se ofrecieron para los experimentos en la ciudad santafesina, pero las organizaciones no quisieron pagar lo que pedían los especialistas y el trato no se cerró.
Esta semana, 2 laboratorios en los que la Procuración ejecutó las pruebas a la droga que provocó 24 muertes en el conurbano boanerense, detectaron carfentanilo en las muestras. Se trata de un opiode “extremadamente fuerte”, cuyos efectos son 10.000 veces más fuertes que la heroína o el fentanilo.
“Esto es totalmente nuevo. Aún no hipótesis, no sabemos hasta dónde llega”, admiten detectives detrás de las organizaciones narcocriminales sobre el carfentanilo, un potente analgésico restringido capaz de dormir elefantes.
“Habría que saber cuánta de esta sustancia se importó, quiénes son los que la importan, si alguna veterinaria lo tiene. También la manipulación: quién cortó la cocaína con esto, quién tiene la capacidad de manipular esto y no morirse. Tenemos más preguntas que respuestas”, indicaron
“Puerta 8″ es el asentamiento de Tres de Febrero que se convirtió en el epicentro de la “cocaína envenenada”. La Policía bonaerense detuvo a Joaquin “El Paisa” Aquino, como el dueño de la sustancia que provocó las muertes, pero es el hijo de “Mameluco” quien domina esa zona.
Con el arresto, la incautación de miles de dosis (por allanamientos pedidos por la Procunar), la Justicia provincial dio por terminada su intervención, pretende que el fuero federal tome las riendas de una investigación que escale en la cadena de tráfico, en busca de la persona que elaboró la cocaína adulterada.(TN)
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