Los increíbles beneficios de hacerse el tonto, según un estudio

¿Cuánto más tonto, mejor?

Es cierto que, en general, solemos intentar impresionar a otras personas mediante nuestra inteligencia y demostrando nuestra sabiduría. Por tanto, es normal preguntarse por qué alguien querría hacer justo lo contrario y transmitir la impresión opuesta de «hacerse el tonto».

Pero, en realidad, lo hacemos todo el tiempo, como indica Laura Venz de la Universidad Leuphana: «Los empleados ocultan su conocimiento en su trabajo a diario, aunque es un comportamiento laboral potencialmente contraproducente», (CWB por sus siglas en inglés), informa ‘Psychology Today’.

La idea de que las personas se hacen las tontas parece encajar como una respuesta al estrés. Según el estudio de Venz y Hadar Neshan, el costo de las represalias por retener información clave vale la pena pues permite sentir que tienes más control en una situación que se percibe como estresante.

En el modelo propuesto por Venz y Shohan, la idea del enfoque transaccional del estrés se basa en el que realmente no hay nada inherentemente estresante en ninguna situación, sino que todo se basa en tu percepción de la misma y en tu percepción en la capacidad para manejarla.

La ocultación del conocimiento es una estrategia conocida como «afrontamiento centrado en la emoción, por lo que es potencialmente instrumental para oponerse a las respuestas de tensión psicológica a corto plazo».

Los autores llegaron a la conclusión de que el estrés percibido podría predecir si se ocultaba un conocimiento sobre algo, como método para luchar contra el estrés (lo que a su vez tendría que predecir niveles más bajos de tensión y agotamiento).

Los increíbles beneficios de hacerse el tonto, según un estudio
Fuente: iStock

Para ello realizaron un estudio con 101 personas (65% mujeres con una edad promedio de 39 años) que tenían que completar dos encuestas al principio y al final de su jornada laboral durante un total de diez días. Cada mañana, calificaron sus niveles de sentimiento negativo y, al final del día su carga de trabajo, los sentimientos de tensión en las relaciones con sus compañeros de trabajo, la medida en que utilizaron la ocultación del conocimiento, los sentimientos de agotamiento y el afecto negativo.

Utilizando los sentimientos de afecto negativo matutino y la carga de trabajo como factores de control, los autores investigaron sobre las conexiones entre la tensión, la ocultación del conocimiento y los sentimientos de alivio del estrés. Los hallazgos revelaron que, como se predijo, los sentimientos más altos de tensión en las relaciones estaban relacionados con la ocultación del conocimiento. Hacerse el tonto, específicamente, también predijo sentimientos más bajos tanto de agotamiento como de afecto negativo. En otras palabras, las personas que se sentían tensas en el trabajo eran más propensas a ocultar cierta información y a hacerse las ignorantes, pero también hacerse el tonto se relacionó con una mayor sensación de alivio.

¿Es buena idea hacerse el tonto?

En propias palabras de los autores, hacerse el tonto es una forma bastante rápida de ocultar conocimiento y eso se relaciona con una tensión psicológica más baja. Se necesita más esfuerzo para ocultar lo que sabes distorsionándolo de alguna manera que simplemente pretender que no lo sabías en primer lugar.

¿Es buena idea hacerse el tonto, entonces? En realidad, no tanto. Por lo menos no a largo plazo. Los autores dejaron en claro que esta es una estrategia que puede ayudarte a sentirse mejor momentáneamente, pero no funcionará a largo plazo.

 Sugieren que es preferible examinar qué es lo que te hace sentir tenso y luego abordar ese problema. En resumen, en lugar de ocultar tus fortalezas como una manera de sentir que tienes el control cuando alguien te presiona, aprovecha la oportunidad para sacar esa luz propia y dejar que brille. Mal de muchos solo es consuelo de algunos, pero seguro que no quieres ser como esos algunos.

Acerca de Oscar Posedente 12821 Articles
Periodista, locutor, actor y editor de Semanario Argentino y de Radio A de Miami. Director de Diario Sur Digital.