
Durante casi 20 años, millones de personas que viajan por Estados Unidos repitieron el mismo ritual al pasar por el control de seguridad en los aeropuertos: vaciar los bolsillos, colocar la computadora portátil en una bandeja y, casi como una tradición, quitarse los zapatos.
Esta última exigencia se convirtió en un símbolo de la era posterior al 11 de septiembre, instaurada tras amenazas aéreas que marcaron un antes y un después. Pero esa escena clásica podría estar llegando a su fin.
Desde hace algunas semanas, varios pasajeros han notado que en determinados aeropuertos del país ya no es obligatorio sacarse el calzado. Aunque esta flexibilización no fue comunicada oficialmente, comenzó a aplicarse silenciosamente en distintos puntos de control. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) está dando señales claras de un cambio profundo en uno de sus procedimientos más icónicos.
El objetivo principal es agilizar el paso por los filtros de seguridad, haciendo más eficiente y menos engorrosa la experiencia para los viajeros. Aunque la medida aún está en etapa de implementación, todo indica que se avecina una transformación importante en la manera de volar dentro del país.
Una medida que surgió tras un intento de atentado
La regla que obligaba a quitarse los zapatos fue implementada en 2006 como respuesta a un incidente ocurrido en diciembre de 2001, cuando Richard Reid intentó detonar explosivos escondidos en su calzado durante un vuelo entre París y Miami. Aunque el ataque no se concretó, cambió por completo los protocolos de seguridad aérea.
A raíz de ese episodio, la TSA endureció los controles y estableció la remoción del calzado como requisito para todos los pasajeros. Con el tiempo, hubo algunas excepciones: menores de 13 años, mayores de 75 y quienes forman parte del programa TSA PreCheck, que brinda una revisión más ágil a cambio del pago de una tarifa.
Sin embargo, esta exigencia fue una de las más criticadas por los usuarios, debido a las demoras y molestias que generaba. Hoy, sin bombos ni platillos, la agencia comenzó a dejar atrás esa medida.
Varios aeropuertos ya no exigen quitarse los zapatos
Un documento interno filtrado por el exagente de la TSA, Caleb Harmon-Marshall, reveló que ya se están distribuyendo nuevas directivas al personal. Según indicó, algunos agentes comenzaron a recibir capacitación para manejar situaciones en las que el calzado podría requerir una inspección adicional.
Aunque la TSA aún no hizo un anuncio formal, medios como The New York Times y CBS confirmaron que esta flexibilización ya se aplica en aeropuertos como Baltimore/Washington, Fort Lauderdale, Cincinnati/Norte de Kentucky, Portland, Filadelfia y Piedmont Triad, en Carolina del Norte.
Por ahora, la medida avanza sin un cronograma preciso ni una lista pública de terminales adheridas.
Esta novedad podría impactar en la propuesta de valor del programa TSA PreCheck, ya que elimina uno de sus principales beneficios. Hasta el momento, abonar 80 dólares por cinco años otorgaba ventajas como mantener puestos los zapatos, cinturón y chaqueta al pasar por los controles. Con este cambio, esa exclusividad pierde fuerza.
¿Se abre una nueva etapa en la seguridad de los aeropuertos?
El hecho de que ya no se exija quitarse los zapatos no implica que la TSA esté relajando su nivel de alerta. La vigilancia sigue activa y se apoya en tecnología de última generación para detectar amenazas sin recurrir a controles tan invasivos.
Los nuevos escáneres instalados en algunos aeropuertos permiten identificar riesgos potenciales sin necesidad de que el pasajero se descalce.
El objetivo es lograr mayor agilidad sin perder eficacia. Al aplicarse de forma progresiva, se puede evaluar cómo afecta tanto los tiempos de espera como el rendimiento de los controles. Por ahora, los viajeros deberán adaptarse a diferencias entre aeropuertos, según el grado de implementación que tenga cada uno.