El 20 de marzo, cuando el gobierno nacional decretó el inicio de la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus, nadie imaginó que la medida se iba a mantener tanto tiempo. En el medio, pasó de todo, hoy, a 200 días del inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, los contagios por COVID-19 ya superaron la barrera de los 800 mil en todo el país y Argentina no fue la excepción a la crisis económica que afecta a todo el mundo.
Al respecto, Mar del Plata atraviesa el peor momento de su historia, de incertidumbre y extrema preocupación por tantos meses sin facturación, desde el 1 de Octubre, los empresarios gastronómicos se rebelaron y habilitaron los salones de los restaurantes y bares a pesar de que el sistema de fases dispuesto por el gobierno provincial no lo permite. Lo hicieron con el guiño del gobierno de Guillermo Montenegro, que ya aclaró que no sancionará a quienes quieran trabajar. “En muchos casos abrimos por una cuestión de dignidad, de inercia, de continuar con la actividad pero viene muy flojo”, reconoció Hernán Szkrohal, propietario del Barracuda Café.
El temor a contagiarse y la caída del poder adquisitivo de los clientes son los principales factores que determinan el bajo volumen de trabajo. Asimismo, los empresarios continúan sumando deudas, por eso “Hoy no hay una mínima expectativa de recuperación, estamos todos con mucha inseguridad e incertidumbre”, afirmó Szkrohal. “Para poder armar su puesta a punto de mercadería, un restaurante debe hacer una inversión muy importante pero nunca llega a recuperarla”, dijo el empresario y advirtió que, “con lo poco que se trabaja, muchos pierden más ahora que manteniendo el local cerrado. Es un callejón sin salida”.
En el caso de los comercios, “Nuestro balance es absolutamente negativo porque en lo que va del año, los negocios pasaron más de la mitad del tiempo cerrados”, puntualizó por su parte Raúl Lamacchia, titular de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (Ucip). “Tratamos de hacer las cosas lo mejor posible pero inevitablemente seguirá habiendo cierres de comercios”, advirtió Lamacchia y volvió a reclamar al municipio, por un lado, que se les permita el ingreso de clientes a los locales -uno por vez, con el distanciamiento social correspondiente- y por el otro, que se prohíba a los hipermercados la venta de artículos que no sean comestibles. “Esas entidades no cerraron nunca y venden de todo, entonces esto termina dándole ventajas a las grandes superficies”.
Históricamente, el 12 de Octubre fue una fecha clave para Mar del Plata: era el último fin de semana largo del año, comenzaban a venderse las carpas en los balnearios y los hoteles se ponían a punto de cara al verano. Sin embargo hoy, en vísperas del feriado y a pesar de que las autoridades aseguran que habrá temporada, lo único que hay es incertidumbre.
La hotelería es uno de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus: cerraron el 20 de Marzo y todavía no saben cuándo podrán abrir y aún cerrados, los establecimientos continúan generando gastos. “Estamos esperando que se avance en la reglamentación de la Ley de Asistencia al Turismo, que promueve la contratación de paquetes turísticos dentro de la Argentina, con un reintegro del 50% de los gastos en el viaje para poder usarlo en traslados, gastronomía y otros servicios del rubro durante el 2021. Creemos que con eso vamos a generar un poco de caja”, precisó Eduardo Palena, miembro de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica.
Al igual que los gastronómicos, las deudas se continúan acumulando “Nosotros estamos trabajando muy fuerte con el protocolo sanitario necesario, pero nos preocupa qué va a pasar con aquellos alojamientos que no están registrados, no sólo porque significan para nosotros una competencia desleal, sino porque, al no tener controles, ponen en peligro la salud de todos”, advirtió Palena
Finalmente, los propietarios de los balnearios, ya tienen aprobado un protocolo para poder trabajar durante el verano y más allá de que esperan una temporada «atípica», desde hace 10 días ya empezaron con la preventa de espacios de sombra y el armado de las estructuras en las unidades turísticas fiscales concesionadas. “Sabemos que no vamos a tener la cantidad de clientes de otros años, pero lo principal es poder hacer foco en la salud de los clientes y de nuestros empleados”, aclaró Nicolás Parato, secretario de Cebra, la cámara que agrupa a los empresarios del sector.(0223)
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