La época de huracanes en el Atlántico comenzó a partir del mes de junio, pero hasta ahora afortunadamente no se ha formado ningún huracán de gran magnitud. No obstante, las proyecciones de la Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos (NOAA, por sus iniciales en inglés) de Estados Unidos no son muy alentadoras para los próximos meses.
Durante junio y julio, se han originado 5 tormentas y un huracán que no llegaron a causar desastres. Ahora nos acercamos al punto más alto de la temporada de ciclones, que se extiende entre agosto y octubre, por lo que la agencia nacional ha emitido una alerta inquietante.
«Los expertos meteorológicos de la NOAA han incrementado la probabilidad de una temporada de huracanes en el Atlántico por encima de lo normal, al 60 %», informó la NOAA en un informe publicado este jueves. Esto significa que los científicos prevén la formación de «entre 14 y 21 tormentas con nombre (vientos de 39 mph o más), de las cuales 6 a 11 podrían evolucionar a huracanes (vientos de 74 mph o más). De estos, 2 a 5 podrían convertirse en huracanes de gran magnitud (vientos de 111 mph o más)». Aclaran que no necesariamente se refieren a huracanes que tocarán tierra, sino a aquellos que se originarán en el Atlántico. No obstante, instan a la población a prepararse desde ahora para evitar mayores consecuencias.
Usualmente, durante el periodo de junio a noviembre, que marca la duración de la temporada de huracanes, se forman hasta 14 tormentas con nombre. De ellas, 7 pueden evolucionar en huracanes y 3 de estos pueden ser de gran impacto.
La Organización Meteorológica Mundial es la entidad encargada de asignar nombres a las tormentas siguiendo un protocolo específico. Esta lista incluye 21 nombres de género masculino y femenino para el océano Atlántico, que varían cada año, según detalla National Geographic. Las altas temperaturas contribuyen a la formación de huracanes.
«Los principales factores climáticos que se anticipa que influirán en la actividad de huracanes en el Atlántico de 2023 son El Niño en curso y la fase cálida de la Oscilación multidecenal del Atlántico, incluyendo temperaturas sin precedentes en la superficie del mar en el Atlántico», explicó Matthew Rosencrans, líder del equipo de pronóstico climático de la NOAA.
Este panorama ya está teniendo efectos concretos. El mes pasado, la misma agencia emitió una alerta después de que se registraran niveles récord de temperatura en el océano.
Esto ha llevado al blanqueamiento de extensas áreas de corales cercanas a la costa de Florida. Los biólogos se han mostrado sorprendidos ya que no esperaban que el calentamiento ocurriera tan rápido y de manera tan intensa.
Además, el Servicio Meteorológico Nacional afirmó que julio ha sido el mes más caluroso en Florida hasta ahora este año.
