A los 93 años, el ídolo y presidente honorario de River Plate falleció en la madrugada del 20 de Marzo luego de estar internado en la Clínica Zabala.
Con el despojo de la crónica fría que requiere la labor periodística, resulta difícil escribir este tipo de notas cuando la realidad muestra la partida de un fragmento significativo de la historia de River, el gran maestro Amadeo Raúl Carrizo,
Amadeo Carrizo, nació el 12 de Junio de 1926 en Rufino, Santa Fe. Con 19 años recién cumplidos, debutó en el arco de River en un clásico frente a Independiente y desde ese momento (1945) hasta su último partido en 1968 atajó en Núñez. Consiguió 7 campeonatos (1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957), una Copa Ibarguren (1952) y dos Copas Aldao (1945 y 1947).
Su último partido en River fue el 22 de Diciembre de 1968. Pocos días después, el presidente, escribano Julian William Kent, le da una noticia inesperada, River le daba el pase libre y le ofrecía un partido despedida, esto provocó el descontento de muchos socios que, enojados, rompieron su carnet.
En 1969 jugó dos partidos únicos con equipos peruanos. Uno con Alianza Lima ante el Dínamo de Moscú de Lev Yashin, y otro con Universitario de Deportes ante el Corinthians.
Se retiró en 1970 en los Millonarios de Bogotá que años después, el 16 de Diciembre de 2004, le organizó un partido homenaje en el que jugó contra River por la Copa “Amadeo Carrizo”
Desde el 17 de Agosto de 2008, el sector bajo de la platea General Belgrano del Monumental lleva su nombre. También recibió un homenaje en este estadio el 13 de Abril de 2014.
Sus dotes magistrales lo llevaron a convertirse en el primer arquero-jugador que salía del arco para anticiparse a las jugadas
La Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) lo eligió como el arquero más destacado del siglo XX.
Vivió sus últimos años en Villa Devoto y siempre sostuvo que el secreto para superar los 90 años de vida era el vino tinto. En los últimos meses, Amadeo se había recluido en su hogar, compartiendo momentos con sus familiares y el grupo de amigos más cercanos que lo visitaban. El paso de los años y la lucha contra un cáncer ya no le permitían salir a caminar por las calles de su barrio. Hace unos días, había sido internado en la Clínica Zabala, en Belgrano donde emprendió un viaje con pasaje solo de ida.
