El drama del atleta argentino. Pocos minutos después de embarcar en el vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Santiago de Chile, Flavio Morandini compartió una publicación en redes sociales expresando su inmenso orgullo por representar a su país en la competencia. Sin embargo, tras aterrizar y llegar a Viña del Mar, su emoción se vio empañada al descubrir que el cuadro de su bicicleta estaba fracturado en la vaina trasera. A tan solo dos días de haberse instalado en una de las subsedes de los Juegos y a solo dos días de su prueba de triatlón, aún no ha recibido respuestas satisfactorias. Aunque le indicaron indirectamente que se ocuparían del problema, los plazos son insuficientes. Por esta razón, el atleta de Ramos Mejía se plantea tomar un riesgo importante: competir con la bicicleta dañada, a pesar del peligro de que se rompa completamente.
Morandini, en una conversación con LA NACION, comparte que, a pesar de la situación, se siente tranquilo y está optimista sobre su actuación en la competencia. Reconoce que correr con la bicicleta en ese estado es arriesgado, especialmente en una prueba tan exigente para su integridad física. Explica que la única solución sería obtener una bicicleta idéntica a la que le dañaron. No se trata de arrogancia, sino de la necesidad de contar con un equipo adecuado. Si no se proporciona una bicicleta igual o no se repara la suya a tiempo, está dispuesto a asumir el riesgo. Lo hace no solo por su compromiso individual en la prueba del jueves, sino también porque el Sábado tiene una competencia en equipo, y no quiere dejar a sus compañeros en una situación comprometida. Además, después de los Panamericanos, permanecerá en Viña para una Copa del Mundo, lo que hace que la urgencia por la bicicleta sea aún más apremiante.
Flavio Morandini es originario de Ramos Mejía, pero desde 2020 reside en una isla de México. Morandini, de 29 años, estaba entrenando en México en 2020 cuando estalló la pandemia y quedó varado. Durante ese tiempo, conoció a una argentina que vivía en la isla y se casó con ella. Ahora reside en Cozumel, un lugar que considera ideal para su entrenamiento debido al clima y la seguridad que ofrece en comparación con su antigua zona de entrenamiento en el Gran Buenos Aires, que se había vuelto peligrosa para el ciclismo debido al aumento de robos de bicicletas. Morandini, un atleta de triatlón de larga distancia, comenzó a competir en distancias más cortas este año para alcanzar las marcas olímpicas, ya que su sueño es representar a Argentina en los Juegos Olímpicos. Esperaba con ansias la oportunidad de subir al podio en estos Panamericanos, y a pesar del problema con su bicicleta, está decidido a competir.
Flavio Morandini compitió en más de 35 países: tiene 29 años y se ilusiona con una medalla. En los últimos años, Morandini no ha recibido becas, pero confía en que un buen desempeño en estos Juegos pueda abrirle nuevas oportunidades. A pesar de la difícil situación a pocos días de la competencia, mantiene una actitud positiva y está dispuesto a competir a toda costa. Ha buscado ayuda de su federación y ha tratado de contactar a Aerolíneas Argentinas a través de las redes sociales, pero aún no ha recibido respuesta. A pesar de las frustraciones, sigue enfocado en su preparación y está decidido a competir en la competencia.
