El primer ministro de Australia movilizó a unos 3.000 reservistas el sábado mientras la amenaza que suponen los incendios se agravaba en al menos tres estados con dos nuevas muertes. Se espera que los fuertes vientos y las elevadas temperaturas acerquen las llamas a zonas más pobladas como los suburbios de Sydney.
Scott Morrison confirmó un total de 23 decesos en lo que va de verano austral, incluyendo las dos últimas, registradas en un incendio en una carretera en Isla Canguro, en la costa del estado de Australia Meridional.
“Estamos enfrentando otras 24 horas extremadamente difíciles”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa televisada. “En los últimos tiempos, especialmente en el curso de esta semana, hemos visto cómo el desastre alcanzaba un nivel completamente nuevo”.
Morrison anunció también la cancelación de sus visitas a India y Japón más tarde este mes. Estaba previsto que viajase a India del 13 al 16 de enero y Japón inmediatamente después. El primer ministro fue criticado por irse de vacaciones con su familia a Hawaii en diciembre, en plena crisis por los incendios.
“Hace apenas media hora, el gobernador general firmó el llamado de la Reserva de la Fuerza de Defensa de Australia para buscar y aprovechar todas las capacidades posibles desplegando brigadas del ejército en las comunidades afectadas por el fuego”, manifestó.
Esta es la primera vez que Australia moviliza a sus reservistas “de esta forma en la historia reciente y, de hecho, creo que es la primera vez en la historia de nuestra nación”, explicó la ministra de Defensa, Linda Reynolds.
El gobierno comprometió 20 millones de dólares australianos (14 millones de dólares) para alquilar cuatro aviones de extinción de incendios mientras dure la crisis, y ordenó que el HMAS Adelaide, equipado con helicóptero, ayude en las evacuaciones de las zonas asoladas por las llamas.
El peligro de incendio se incrementó en una jornada con temperaturas récord en la que los termómetros sobrepasaron los 43 grados Celsius (109 Fahrenheit) en la capital, Canberra, y los 48 C (118 F) en Penrith, en los suburbios occidentales de Sydney.
La primera ministra de Nueva Gales del Sur Gladys Berejiklian dijo que su estado enfrenta “otro día terrible” y pidió a la población de las zonas amenazadas que huyan mientras puedan.
“Me complace señalar que nunca habíamos estado tan preparados como lo estamos hoy para la arremetida que posiblemente enfrentemos”, dijo Berejiklian en conferencia de prensa el sábado. “Todas las carreteras principales siguen abiertas, pero no podemos garantizar que sea el caso en unas horas más. Así que aún hay oportunidad para que la gente salga”.
El letal incendio de Isla Canguro desbordó las líneas de contención el viernes y fue descrito como “prácticamente imparable” mientras arrasaba inmuebles y quemaba más de 14.000 hectáreas (35.000 acres) del Parque Nacional Flinders Chase.
El comisionado adjunto del Departamento Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur Rob Rogers advirtió que las llamas pueden moverse “aterradoramente rápido”. Las brasas movidas por el viento tienen el potencial de originar nuevos incendios o extender los existentes.
“Desafortunadamente es muy posible que perdamos viviendas, pero estaremos muy contentos y será un éxito si no perdemos vidas”, reconoció.
El comisionado del Departamento Rural de Bomberos Shane Fitzsimmons dijo que el incendio Green Wattle Creek, de 264.000 hectáreas (652.000 acres) que arde en un parque nacional al oeste de Sydney podría extenderse hacia los suburbios de la urbe.
“Existe la posibilidad de que el fuego se extienda por la presa (Warragamba) y hacia los suburbios del oeste de Sydney”, declaró. “Las llamas tienen el potencial de acercarse a zonas más pobladas por la tarde”.
Las cuadrillas han realizado una “extraordinaria labor” de provocar incendios controlados y utilizar aeronaves y maquinaria para intentar contener las llamas, explicó Fitzsimmons, que instó a los residentes y turistas que estén en la trayectoria de los incendios a evacuar lo más pronto posible.
En el estado de Nueva Gales del Sur había más de 130 focos activos y al menos la mitad de ellos ardían sin control. Según la previsión meteorológica, en algunas partes de la región podrían alcanzarse temperaturas de alrededor de 45 C (113 F) con fuertes vientos y una baja humedad.
En la vecina Victoria, un total de 48 incendios afectaban a cerca de 320.000 hectáreas (791.000 acres) y se espera que las condiciones empeorasen con vientos del sur.
La devastadora y tempranera oleada de incendios ha calcinado unos 5 millones de hectáreas (12,35 millones de acres) de tierra y destruyó más de 1.500 casas viviendas.