Como será políticamente el 2019?

Semanario Ar gentino consultó a 5 destacados periodistas especializados de distintos medios para conocer su visión sobre lo que va a dominar el actual año político. Ellos son Pablo Mendelevich, Paulino Rodrigues, Fernando Carnota, Maxi Montenegro y Luis Novaresio.

Pablo Menedelevich
Hay dos situaciones nuevas en la política argentina, y una casi nueva, por eso existe tanta incertidumbre.
La primera de estas nuevas situaciones es que un presidente no peronista está por terminar su mandato. Eso no ocurrió nunca en la historia, y es un requisito para buscar la reelección. Nunca un presidente no peronista buscó la reelección porque, sencillamente, nunca terminó su mandato.
La segunda gran novedad se refiere a la opinión pública, y es que por primera vez, tras un ajuste feroz, y en una situación de recesión económica enorme el gobierno mantiene un consenso bastante importante, ya que por lo menos un poco más de un tercio del electorado lo apoya.
Nunca ocurrió que en medio de una situación catastrófica como la actual, donde mucha gente -yo diría casi toda la población- está padeciendo esta crisis, el gobierno es sostenido por un tercio del electorado, y que incluso hasta pueda ganar la elección.
Esto se debe a que el “plan B” que se le ofrece a la sociedad es mucho peor. El “plan A” es de gente que no supo manejar la economía, pero el plan B es mucho peor, entonces lo que hace el gobierno es agitar el pan B, y solo con eso hace campaña, mostrando algo así como “si no somos nosotros, vuelven los otros, que son mucho peores”.
Y la tercera situación, que es casi nueva, se refiere al balotaje. Los analistas políticos lo familiarizamos, y hablamos de la segunda vuelta con mucha naturalidad, olvidando que estuvo vigente en muchas elecciones pero que nunca se había utilizado hasta el 2015.
O sea que esta, seguramente, será la segunda vez que se vaya a utilizar, pero los comportamientos electorales con un sistema con balotaje no están bien estudiados, no se conocen, porque no hay serie, no hay una historia.
Debemos pensar que la elección presidencial argentina se define en tres elecciones: las PASO, las generales y la segunda vuelta. Entonces, cuando se hacen encuestas, ninguna tiene ningún valor real porque es imposible pronosticar como se va a comportar el electorado en la tercera etapa.
También muchos olvidan que de esas tres elecciones que hubo en 2015 Macri perdió la primera y la segunda, pero ganó la tercera.
Lo que quiero decir es que la incertidumbre es fuerte precisamente por eso. Pese a que estamos permanentemente hablando de que tal o cual candidato tiene equis porcentaje es todo muy relativo, porque la prognosis que se puede hacer es muy limitada.

Paulino Rodrigues
Imagino un año por supuesto difícil, de transición electoral con riesgo político en ascenso, con una sociedad discutiendo de manera altisonante y crispada, en un contexto económico difícil y con una situación política con enormes interrogantes.
Con parte de la sociedad dolarizando cartera, con una mirada expectante desde el exterior, y con un presidente que va a tener que optar entre encerrarse y correr riesgos -más allá de los normales y lógicos- o abriéndose y hasta incluso pensando la seria hipótesis de liberar el camino para una construcción superadora incluso al propio Mauricio Macri.
La oposición, por su parte, está atada a una decisión que es la de Cristina Fernández de ser candidata o no, aunque todo hace presagiar que lo será. Si lo hace terminará por dividir a la oposición, y si es la de apartarse y decide seguir como senadora quizá le de el salvo conducto a la oposición para una unidad que permita, finalmente, tener un proyecto alternativo aunque con sectores del kirchnerismo incluso, y superador al propio Cambiemos.
Me parece que dependerá de la grandeza de los actores centrales de la política argentina, que son el Presidente Macri y la ex presidenta Cristina Fernández si la dinámica política será más belicosa o menos, o si la dinámica política será más atractiva o menos atractiva, en todo caso, y si la sociedad va en camino a elegir a alguien por convicción o va a elegir por el efecto descarte.

Fernando Carnota
Creo que la economía funcionará, sin dudas, como un regulador electoral en cuanto a las chances tanto del oficialismo como de la oposición.
La economía es el gran enemigo que tiene el gobierno, como el peronismo tiene como gran enemiga a Cristina. En cuanto a chances electorales, según lo que dicen casi todas las encuestas serias, si la economía no empeora más de lo que ya empeoró eso no influirá demasiado en el núcleo duro del votante de cambiemos; influye más, por ejemplo, el tema de la corrupción.
Con el votante del núcleo de Cristina, ocurre exactamente lo contrario. Al votante “duro” del kirchnerismo, la corrupción no lo mueve en lo más mínimo, pero el aspecto económico si influye, y mucho.
Por eso creo que la economía va a funcionar como regulador electoral, porque si no hay muchas más malas noticias en materia económica para el gobierno, se aumentan sus chances por conseguir votos por fuera de su núcleo duro, pero si la economía no mejora, la que tendrá muchas chances de conseguir esos votos será Cristina.
En términos políticos, me parece que al peronismo se le va a hacer muy difícil poder reagruparse, máxime teniendo a Cristina como gran enemigo, lo que le disminuye -al peronismo federal, por llamarlo de alguna manera- muchas chances. Cristina, quien según mi entender es la única dentro del peronismo que podría llegar a tener chances, es una gran candidata para primera vuelta, pero una pésima candidata para el balotaje.
El oficialismo, por su parte, creo que en términos políticos se va a nuclear más en sí mismo y será algo más endógeno. No creo, ni los veo, dispuestos a hacer alianzas por fuera de Cambiemos, y menos aún con chances de ser muy generosos con los aliados de Cambiemos mismo, o sea el radicalismo y el ARI; sin embargo creo que Lilita va a tener un rol muy importante y preponderante en la campaña.

Maxi Montenegro
Hay una gran incertidumbre, que no tiene que ver solo con lo económico, la incertidumbre también es política.
Claramente, más allá de de las valoraciones que uno haga de las propuestas políticas que andan dando vuelta, no es lo mismo lo que pueda pasar en economía o en sus principales variables si gana el gobierno o si gana el kirchnerismo o alguna otra variante de la oposición.
Esto tiene que ver con que Argentina está en un plan económico muy dependiente del financiamiento externo, que en este momento está reemplazado con el acuerdo con el FMI, pero igualmente hay parte de la deuda que se tiene que renovar este año que necesita ser refinanciada en el mercado local.
Ese es el mayor condicionante de lo que pueda ocurrir con la economía este año.Seguramente, en materia económica, será otro año de recesión. Se espera que en el mejor de los casos sea más leve que la del año pasado, ya que la economía podría encontrar un sendero de recuperación hacia la segunda mitad del año pero igualmente, es una economía que viene con una recesión muy fuerte del 2018, y el interrogante principal, el que todos nos hacemos, es cuando comienza el proceso de reactivación típico de los años electorales.
También hay que tener en cuenta que puede ocurrir, según el tenor de la campaña política, en que medida los argentinos con capacidad de ahorro y quienes desde el exterior apuestan a financiar a la Argentina o si en los últimos meses vuelven a sumergirse en el dólar y apreciar sobre el tipo de cambio.
Esto es muy probable que suceda porque ocurrió en todas las elecciones durante la última década, y puede ser mucho más importante y determinante en este año después de la crisis enorme que sufrió nuestra economía en 2018.Es muy importante saber cual va a ser la magnitud de la dolarización o si efectivamente puede haber un sendero de recuperación económica, especialmente en el tercer trimestre de la mano de una mayor cosecha o no, porque de eso va a depender en que medida se puedan ir bajando las tasas de interés, que hoy son siderales, y con esas tasas no existe economía en el mundo que pueda crecer. Si la dolarización viene con fuerza, las tasas van a tener que seguir siendo altas para frenar lo que sería el mal mayor, que Argentina vuelva a tener una crisis como la del año pasado.

Luis Novaresio
Como todo año electoral, será un año en el que se paralizará toda actividad que no sea la de los comicios. No me atrevo a decir si Cristina va a ser o no candidata. Creo que quien diga que sabe lo que va a hacer está mintiendo, porque por su personalidad y su modo de construcción política, salvo ella y en el peor de los casos su hijo, nadie puede saberlo. Imagino que lo va a decir a último momento, cuando tengan que cerrarse los nombres de las listas.Todo indica que la pelea será entre Macri y quien represente al kirchnerismo. No veo la opción de una tercera posibilidad, en primer lugar porque si, por ejemplo, la representa Lavagna quiere unidad, y esto es imposible por los deseos tanto de Massa como de Urtubey de ser candidatos, y segundo porque ni Massa ni Urtubey, a la hora de -llegado el momento- pelear con Macri, no tienen consolidados los votos, por lo tanto veo un panorama todavía muy incierto.Por otro lado, creo que la realidad es tan vertiginosa que el componente económico, hasta el último momento de la elección va a ser determinante, y me parece que es tan endeble la situación económica que es imposible hacer un pronóstico sobre si Macri tiene chances o no de ser reelecto.

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Escritor , periodista.

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