
«Las partes llegaron a una solución (…) el gobierno aceptó anular la decisión», indicó la jueza Allison Burroughs en una brevísima audiencia que debía tratar la demanda de Harvard y el MIT.
La jueza no dio más detalles sobre las razones de la decisión del gobierno, pero el anuncio tomó a todos por sorpresa.
Miles de estudiantes extranjeros corrían el riesgo de salir de Estados Unidos, porque sus universidades solo ofrecerán cursos en línea a partir del próximo semestre.
Harvard y el MIT fueron los primeros en hacer frente a la decisión de ICE el miércoles pasado, cuando pidieron a la justicia bloquear la orden que consideraron como «arbitraria y caprichosa».
«Parece que fue diseñada a propósito para presionar a las universidades a fin de que abran sus campus para clases presenciales este otoño, haciendo caso omiso de las preocupaciones sobre la salud y la seguridad de los estudiantes, profesores y otros», dijo el presidente de Harvard, Lawrence Bacow.
Estados Unidos tiene cerca de un millón de estudiantes extranjeros (5,5% del total), y muchas instituciones dependen en gran medida de los pagos de esas matrículas.